El Sindicalismo Burgués está en Crisis: ¡A Construir la Central Sindical Revolucionaria!

Elecciones en el Estado español: ante la ausencia de una alternativa revolucionaria, la izquierda reformista le abre el camino a la derecha

Hace 9 años se realizó el VI Congreso de la CUT. Teniendo claro que a él asistirían los trabajadores de base, la UOC (mlm) realizó el siguiente documento que reproducimos a propósito de las recientes elecciones que se realizaron en esa central y Fecode.

El artículo llamado El Sindicalismo Burgués está en Crisis: ¡A Construir la Central Sindical Revolucionaria! es un esfuerzo por explicarle a los trabajadores honestos y luchadores, que hacen parte de la CUT y de paso a los de las otras centrales sindicales, por qué es urgente y necesario la reestructuración del movimiento sindical y construir una Central Sindical Revolucionaria.

Esperamos que este documento plenamente vigente, contribuya a armar a los obreros luchadores e inquietos frente al qué hacer en el movimiento sindcial, a cómo superar su crisis actual, pues de continuar así, conllevará a la pérdida de más derechos.


Compañeros obreros, por estos días se prepara el VI Congreso de la Central Unitaria de Trabajadores – CUT y el llamado Congreso Sindical Alternativo; los trabajadores conscientes deben tomar una clara posición frente a estos eventos, comprendiendo las causas de la situación actual del movimiento sindical y pensando en su porvenir, ya que éste hace parte inseparable de la lucha general de los proletarios por su liberación definitiva del yugo de la explotación y la opresión capitalistas.

Es de conocimiento general que el movimiento sindical en la actualidad constituye una ínfima minoría; que los trabajadores sindicalizados no alcanzan al 4 por ciento de los obreros en activo, encontrándose impotentes frente a la arremetida de los capitalistas, que en el transcurso de las tres últimas décadas han arrebatado las conquistas históricas conseguidas con lucha, incluso con sangre, en las primeras seis décadas del siglo pasado. Esta situación no es fortuita, sino la consecuencia de la imposición mayoritaria de la ideología, la política y la organización burguesa en la dirección del movimiento sindical.

En más de medio siglo de lucha, el movimiento obrero logró que la burguesía y el Estado a su servicio reconocieran el movimiento sindical, su derecho a la organización y al ejercicio de la huelga, así como la contratación directa e indefinida, la seguridad social y la pensión, la indemnización por el despido y la sustitución patronal, aportes a vivienda y educación, entre otras tantas cosas, que fueron consignadas en el Código Sustantivo del Trabajo.

Ante la impetuosa lucha de la clase obrera desde su nacimiento a comienzos del siglo XX, el Estado, la burguesía y la Iglesia han tratado de frenarla organizando las centrales patronales, Confederación de los Trabajadores de Colombia – CTC, dirigida por el Partido Liberal; la Unión de Trabajadores de Colombia – UTC, dirigida por la Iglesia y el Partido Conservador, y la Confederación General del Trabajo – CGT, dirigida por la democracia cristiana.

A comienzos de los años 60 del siglo pasado surgió el Sindicalismo Independiente como producto de la rebelión de varios sindicatos contra las centrales patronales, animados e influidos por la lucha de los marxistas leninistas contra el revisionismo del falso Partido Comunista Colombiano. El Sindicalismo Independiente fue un sindicalismo revolucionario que ligaba la lucha inmediata de los trabajadores a la lucha por abolir la explotación asalariada; sindicalismo que logró crear poderosas organizaciones de masas como FECODE, USO, FENASINTRAP y protagonizar varias de las más importantes luchas en la historia del movimiento obrero, como las huelgas en Ecopetrol, Sofasa, Riopaila, Única, Planta de Soda, Vanitex… la debilidad de ese sindicalismo consistió en su dispersión al negarse los partidos y grupos que lo dirigían a organizarlo en una central sindical distinta a las centrales patronales.

Contra ese sindicalismo independiente de los patrones, la Iglesia y el Estado, el falso Partido Comunista Colombiano organizó la reformista Confederación Sindical de Trabajadores de Colombia – CSTC, de donde surgió la idea de una central única o unitaria que fue aplaudida por los grupos oportunistas MOIR y trotskistas, junto con los grupos de la pequeña burguesía que, con la mentira de la unidad en una sola central, se negaron a construir la central revolucionaria para entregarle la dirección de la lucha a los liberales y conservadores en la CUT en 1986, donde se disolvieron la CSTC, la UTC y el Sindicalismo Independiente.

El nacimiento de la CUT significó la derrota de la independencia de clase del movimiento sindical y la pérdida de las más importantes conquistas adquiridas: se desligó del movimiento sindical la ideología del socialismo y se impuso mayoritariamente la ideología y la política burguesa de la conciliación y la concertación de clases, se restringió la lucha a los lamentos contra el “modelo neoliberal”, por la “defensa de la producción nacional” y por “humanizar” el capitalismo, transformándose el movimiento sindical en un movimiento burgués, reducido a sostener exclusivamente la lucha económica, a ser dividido y servir a los distintos grupos y partidos de la pequeña y gran burguesía, y a contribuir a sostener el Estado que aplasta al pueblo colombiano:

• En complicidad con las camarillas de las direcciones de las centrales patronales, la dirección de la CUT permitió que la burguesía impusiera la legislación antiobrera, empezando por la Ley 50 de 1990 de Gaviria y llegando a la Ley del Primer Empleo de Santos; es decir, pérdida de la contratación directa e indefinida, rebaja del salario, desmejoramiento de las condiciones generales de vida de los trabajadores… en resumen, aumento de la superexplotación.
• La CUT, lejos de ser lo prometido por los oportunistas, no sirve como organización para fortalecer la unidad y defender los derechos de la clase obrera: la mayoría de sus sindicatos no son escuelas de socialismo e instrumentos para forjar la alianza obrero campesina; por el contrario, muchos de ellos dividen a los trabajadores, siembran confusión y pervierten la conciencia obrera; la dirección de la tal central unitaria ha sido un instrumento en manos de los capitalistas para aislar, dividir a los trabajadores y reducir su movimiento sindical a su mínima expresión, para separar a los obreros de sus hermanos campesinos, y para convertir las sedes sindicales en vulgares directorios al servicio de los politiqueros.
• Bajo la dirección de la CUT la huelga y la lucha directa fueron reemplazadas por la querella jurídica y los alegatos inútiles de los politiqueros reformistas en el parlamento; las asambleas generales para decidir el curso de la lucha, por la “consulta” a los abogados y “asesores” que dejaron de ser servidores del movimiento sindical, para convertirse en una verdadera plaga de agentes de la burguesía y vividores del movimiento obrero.
• Desde la fundación de la CUT los fondos sindicales, antaño destinados principalmente a la educación de las bases, a preparar la huelga y brindar la solidaridad con los hermanos en lucha, fueron destinados principalmente a pagar “asesores” y abogados, a viaticar, a financiar las campañas de los politiqueros y a hacerles “lobby” a los funcionarios del Estado y del establo parlamentario.
• Y en el colmo de la desvergüenza, los puestos directivos de la CUT se convirtieron en trampolín para llegar al Ministerio del Trabajo desde donde se persigue al movimiento sindical, como lo demuestra la historia de Jorge Carrillo, Orlando Obregón, Angelino Garzón y ahora Luis Eduardo Garzón.

La causa más profunda de esta lamentable situación del movimiento sindical se encuentra en que el Partido político de la clase obrera se disolvió en 1975 al ser desnaturalizado por la pequeña burguesía y convertido en un grupúsculo guerrillerista, ahora pacifista y reformista; desaparecido el Partido del proletariado y derrotado el Sindicalismo Independiente dirigido por él, se impuso mayoritariamente la política burguesa liberal, socialdemócrata y oportunista de la conciliación y la concertación que dio vida a la CUT.

Pero ese sindicalismo burgués, que hasta ahora les ha servido a la burguesía y a los imperialistas para sojuzgar a la clase obrera, entró en una profunda crisis:

En primer lugar, porque el aumento de la superexplotación de los trabajadores lleva consigo e inevitablemente el incremento de la lucha de resistencia, sobre todo de los obreros peor pagados y en las más duras condiciones de contratación y de trabajo; porque la agudización de los antagonismos de clase entre burgueses y proletarios, se hace mayor con el estallido de la crisis económica del capitalismo mundial desde el 2008.

En segundo lugar, porque el desprestigio de las podridas teorías de la conciliación, el pacto social y la concertación de clases esgrimidas por la CUT han sido barridas por el aumento de la superexplotación, la persecución al movimiento sindical, el asesinato a los dirigentes obreros, dejando en evidencia que la conciliación entre clases enemigas es un vil engaño de los capitalistas y los jefes traidores del movimiento sindical.

En tercer lugar, porque las camarillas de las centrales sindicales, y particularmente de la CUT, ya no pueden seguir tapando el sol con un dedo, ni ocultar su compromiso abierto con los enemigos de la clase obrera, como lo hicieron ahora último con su apoyo a la reelección de Santos y su respaldo a la farsa de la paz, así como con la vinculación de las centrales a la Confederación Sindical Internacional – CSI al servicio del imperialismo yanqui y sus aliados.

En cuarto lugar, porque los obreros revolucionarios jamás han renunciado a luchar por dotar nuevamente al proletariado de su propio Partido político independiente, llevando a los obreros las ideas del comunismo, el Programa socialista de la revolución en Colombia y proponiéndose reestructurar el movimiento sindical en la independencia ideológica, política y organizativa respecto a los patrones, al Estado, a la Iglesia y a los partidos de la burguesía, el oportunismo y el reformismo pequeñoburgués.

La crisis del sindicalismo burgués y la maduración de la conciencia de los trabajadores ha ocasionado una verdadera rebelión de las bases respecto a las direcciones vendeobreras de las centrales, frente a la cual los responsables de haberle entregado la dirección del movimiento sindical a la burguesía en la CUT, los jefes del falso Partido Comunista Colombiano, los dirigentes del falso Partido Comunista de Colombia (marxista leninista), la cúpula del mal llamado Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario – MOIR, del trotskista Partido Socialista de los Trabajadores – PST y de otras organizaciones de la pequeña burguesía como el ELN, el M19, así como nuevas agrupaciones reformistas, caso de Progresistas y de nuevos grupos oportunistas también, como el Partido Comunista de Colombia (maoísta)… todos, ante la rebelión de la base que han engañado en estos años, se proponen darle un nuevo aire a la CUT: “reorganizarla”, dicen unos; “reconstruirla”, los otros, y hasta “reestructurarla”, unos más. A esa intención obedecen los esfuerzos y propuestas con motivo del VI Congreso de esa central, entre ellos, el Encuentro Nacional Clasista y Congreso Sindical Alternativo.

Esos agentes de la burguesía en el seno del movimiento sindical, se visten ahora de revolucionarios, clasistas, consecuentes y críticos de las trapisondas de los reconocidos traidores jefes vendeobreros, para canalizar la rebeldía de las bases y ejercer presión que les lleve a escalar nuevos puestos burocráticos en la central. Su base de unidad sigue siendo la misma que le dio vida a la CUT, una base al servicio de la burguesía y que ahora les permite, no solo apoyar a Santos y su falsa paz, sino además, pugnar por mantener el movimiento sindical colombiano sometido a las proimperialistas CSI o a la FSM.

Los trabajadores deben rechazar las propuestas de los responsables de la situación actual del movimiento sindical; les corresponde convertirse en artífices de un nuevo tipo de sindicalismo y protagonistas de la construcción de una Central Sindical Revolucionaria que marche de la mano con el Partido de la clase obrera y dirigida por él. Es decir, una central sindical íntimamente ligada a la lucha revolucionaria del pueblo trabajador por liberar a Colombia de la dominación semicolonial del imperialismo y a los obreros y campesinos de la explotación y opresión capitalistas. Una Central Sindical Revolucionaria construida sobre la base de la unidad consciente, por la base y al calor de la lucha:

UNIDAD CONSCIENTE en oposición a la burguesía y sus agentes en el movimiento obrero, que separan la unidad de los obreros en unidad de acción, unidad política y unidad ideológica; visión estrecha de la unidad que pretende reducir el movimiento sindical a los “objetivos concretos e inmediatos”, separándolo de los objetivos estratégicos y de los principios políticos e ideológicos. Política que sirve a la burguesía para cabalgar sobre el movimiento sindical, que les permite a los grupos y partidos pequeñoburgueses y oportunistas mantener dividido el movimiento alrededor de sus mezquinos intereses grupistas, mientras levantan frases sobre la unidad y tratan de divisionistas a los obreros revolucionarios.

Los obreros revolucionarios son combatientes de primera fila por la unidad de la clase obrera. En tal sentido comprenden que los sindicatos son organizaciones de la clase, parte de un proceso único y por tanto ocupan un lugar en la estrategia y táctica del proletariado, conforme al grado del desarrollo de su movimiento. Por eso propagan y se proponen la unión para una lucha que sirva a la causa de la emancipación del proletariado, no la unión que sirva a sus enemigos, ni restringida a la lucha por el salario.

La unidad de la clase obrera es un proceso que va de lo sencillo a la complejo y no de lo económico a lo político e ideológico, como consideran los economicistas y anarcosindicalistas; en tal sentido, el proletariado revolucionario propugna porque las organizaciones sindicales y sus afiliados comprendan desde el principio mismo que pertenecen a una clase especial en la sociedad capitalista, opuesta antagónicamente a la burguesía, los terratenientes e imperialistas con quienes no es posible conciliar: el movimiento sindical hace parte de la lucha de la clase obrera por el socialismo y el comunismo.

Los obreros revolucionarios declaran que la lucha sindical o de resistencia a los abusos de los capitalistas no está separada de la lucha por el poder político y la dirección de la sociedad cuando triunfe el socialismo. Proclaman que los sindicatos no pueden reducir su actividad a la lucha contra los efectos de la explotación capitalista, sino que deben ser escuelas de socialismo y contribuir a la lucha general por la emancipación de la clase obrera.

Por consiguiente, la elevación de la conciencia de clase de todos los trabajadores es una obligación del movimiento sindical; el estudio del socialismo científico, la investigación y el análisis permanente de la realidad y la evaluación inmediata de la propia experiencia de lucha, constituyen herramientas para que la clase obrera comprenda la posición que ocupa y el papel que juega en la sociedad y su misión histórica.

UNIDAD POR LA BASE en oposición a la unidad burocrática y por arriba, donde las bases solo juegan algún papel a la hora de la repartija de los puestos burocráticos como sucede ahora en la CUT.

Unidad que debe construirse con la participación real de las bases; de donde se desprende que el movimiento sindical, al abarcar a la inmensa mayoría de los obreros, debe servir para comprometerlos en toda la actividad sindical, movilizándolos permanentemente y organizándolos, haciendo que éstos sean realmente los protagonistas y artífices de la unidad y no los observadores pasivos o “ayudantes” de los supuestos salvadores. El movimiento sindical debe contribuir a hacer realidad el precepto según el cual la emancipación de la clase obrera debe ser obra de la clase obrera misma.

La unidad de los obreros se debe manifestar además en el ejercicio de la democracia directa en las Asambleas de masas, en la información permanente a las bases quienes deben saberlo todo; en las Reuniones y Asambleas conjuntas de las Juntas Directivas y de los sindicatos que lucha por la unidad; en la intervención de las bases en las decisiones y en su participación activa en las tareas de lucha común; en hacer realidad el derecho a elegir libremente por una Plataforma o posición y no por quien tenga más dinero o poder para hacer campaña, sobornar o matonear, como sucede ahora en la CUT, donde las elecciones y campañas no tienen diferencia con las que hace la burguesía y los politiqueros a los puestos en el Estado burgués.

UNIDAD AL CALOR DE LA LUCHA y alrededor de los intereses reales de los obreros, en contravía de los acuerdos a espaldas y en contra de las masas; unidad que no solo deben expresarse en la letra, sino servir de estímulo para la lucha común como corresponde al carácter del movimiento sindical: instrumento para la resistencia a los capitalistas y parte de la lucha general por la liberación de la clase obrera.

Lucha que debe ser permanente y no restringida a la negociación del pliego, como sucede ahora; que cobija a toda la clase obrera y va mucho más allá de los linderos de la fábrica o la empresa, a la vez que une al proletariado a la lucha que libra el pueblo colombiano contra sus enemigos y a la que despliegan sus hermanos de todos los países.

Unidad que significa practicar el internacionalismo proletario en la movilización contra las agresiones de los imperialistas, contra los preparativos de guerra imperialista y en apoyo a la lucha revolucionaria del proletariado y los pueblos del mundo por su liberación; unidad que se manifiesta en el compromiso militante con la lucha de todos los trabajadores, incluido el ejercicio de la huelga de solidaridad, así no esté contemplada o sea prohibida por la ley; en el apoyo a las luchas que libra el pueblo colombiano contra sus enemigos, donde el proletariado debe demostrar su carácter de clase de vanguardia en la lucha contra toda forma de explotación y de opresión, y que ahora se concreta en el apoyo, preparación y participación en las Huelgas Políticas de Masas por el conjunto de las reivindicaciones inmediatas del pueblo trabajador.

Solo la unidad construida así garantiza la independencia de clase del movimiento sindical en lo ideológico, lo político y lo organizativo. Independencia de clase que significa desprenderse de la influencia de los partidos de la burguesía, la pequeña burguesía, el Estado, los patrones y la Iglesia… y que debe manifestarse en su Plataforma de Lucha, en su estilo y en sus métodos de dirección y de trabajo, así como en las formas de lucha que adopta.

El reducido número de obreros sindicalizados en la actualidad exige reanimar ideológica y políticamente los sindicatos existentes y luchar porque se adopten los métodos correctos de dirección y trabajo en ellos; reconstruir los sindicatos destruidos y construir nuevos, dando prioridad a los obreros peor pagados y en peores condiciones (los llamados tercerizados y temporales); privilegiar en estos momentos el trabajo en los sindicatos de base o de empresa sobre los sindicatos por rama o de industria, a los cuales se debe llegar sobre la base de fortalecer los primeros transformándolos en verdaderas organizaciones de masas; la terrible situación de los proletarios del campo, exige luchar por construir el Sindicato Nacional de Trabajadores Agrícolas; igualmente, el movimiento sindical debe apoyar la organización de los desplazados, de acuerdo a sus aspiraciones, teniendo en cuenta que la mayoría de ellos ya hace parte de la clase obrera.

La necesidad de superar los vicios de las direcciones de las centrales sindicales y la imposibilidad de transformar estos aparatos en organizaciones que sirvan a la unidad para la lucha de la clase obrera, dada la maquinaria antidemocrática de las mismas y el compromiso de las camarillas dirigentes con los patrones y el Estado, impone la necesidad de avanzar en la unidad de los sindicatos reestructurados construyendo Federaciones Regionales Independientes como parte de la Central Sindical Revolucionaria.

Por ello, el proletariado revolucionario propone la siguiente Plataforma de Lucha que sirve de base para forjar la unidad de los sindicatos reestructurados en nuevas Federaciones Independientes en la perspectiva de la nueva Central Sindical Revolucionaria:

  1. El movimiento sindical, como parte del movimiento obrero se compromete a participar en la lucha general del pueblo contra el imperialismo, la burguesía y los terratenientes. Contribuye a la Alianza obrero campesina y está dispuesto a unirse con todos aquellos que luchen consecuentemente contra los enemigos comunes del pueblo colombiano.
  2. Apoyar la lucha revolucionaria del proletariado y los pueblos del mundo contra el imperialismo y las clases dominantes en los diferentes países; a denunciar las agresiones de los imperialistas a los pueblos del mundo y los preparativos de guerra imperialista.
  3. Apoyar, preparar y participar en las Huelgas Políticas de Masas que han sido la forma de lucha más destacada en el último período, forma de lucha que se corresponde con el carácter revolucionario de la clase obrera.
  4. Destacar como objetivos inmediatos de la lucha:
    a. Contra todo tipo de pacto social o de conciliación de clases.
    b. Por la unidad real de los obreros, organización y afiliación sindical de todos los trabajadores independiente de la forma de contratación, donde los temporales y “tercerizados” no sean discriminados y gocen de los mismos derechos que los obreros con contrato indefinido.
    c. Por contratación directa e indefinida y por la abolición del sistema de contratistas, los intermediarios de trabajo y los contratos a término fijo. 
    d. Contra los despidos masivos y por el reintegro de los despedidos.
    e. Por el alza general de salarios, empleo y subsidio a los desempleados.
    f. Por el pleno derecho de asociación, huelga, negociación colectiva y contra los contrapliegos. 
    g. Contra la privatización de la salud y el cierre de hospitales, y por la abolición de la Ley 100 de 1993.
    h. Contra la privatización de las empresas del Estado y por el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores en vivienda, salud, educación, servicios, por su dignificación moral, social y cultural.
    i. Contra la elevación del costo de vida, los transportes y los servicios públicos. j. Contra el terrorismo de Estado.
    k. Por reparación real para los desplazados y el apoyo sin reservas a las luchas de los pobres del campo contra del despojo.
  5. Practicar los Métodos de Dirección y de Trabajo y las Formas de Lucha que corresponden a su carácter de clase:
    a. El movimiento sindical debe basar toda su metodología de dirección de la lucha en el principio“de las masas a las masas”.
    b. Debe impulsar sobre todo, la acción directa de las masas: Movilizaciones, Mítines, Manifestaciones y Huelgas.
    c. La educación de las bases debe ser parte indispensable de todos los planes de trabajo de los sindicatos. Realizar cursos sindicales y una propaganda y agitación permanentes. Publicar periódicos y boletines como órganos de educación y propaganda, utilizar además otros medios como las emisoras y los nuevos medios por proporciona Internet como las páginas, blogs, redes sociales, etc.
    d. Contra el burocratismo los sindicatos deben practicar la planificación y el control, la división del trabajo, la dirección colectiva y la responsabilidad individual.
    e. La crítica y la autocrítica deben ser el método principal para solucionar las contradicciones y divergencias.
    f. El trato fraternal, las discusiones argumentadas y la toma de decisiones por votación, debe ser la práctica en todas las reuniones. Se deben rechazar las intrigas y las maquinaciones.
  6. Desarrollar una política correcta en materia de finanzas:
    a. Apoyándose en las masas y en los propios esfuerzos permanentemente.
    b. Destinando los fondos sindicales para la lucha, la huelga, la prensa, la educación y no para que la burocracia sindical los malgaste en turismo, viáticos, lujosas oficinas y asesores parásitos que obstaculizan y desvían la lucha.
    c. Destinando otra parte de los fondos a las tareas de coordinación, unidad y solidaridad con los hermanos en lucha.

El proletariado revolucionario no claudicará en su responsabilidad y compromiso de dotar a su clase de su Partido Político independiente, ni de su empeño por acercar el movimiento sindical a su Programa y su táctica; llama a construir la Central Sindical Revolucionaria convencido que la parte más consciente de los trabajadores adoptará como suya esta Plataforma que le permitirá al movimiento sindical retomar nuevamente la iniciativa en la lucha y frenar la arremetida de los capitalistas, acercando a la vez el día del triunfo de la revolución socialista.

Unión Obrera Comunista (MLM)
Septiembre de 2014

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