Impulsar un movimiento revolucionario de mujeres para combatir la violencia machista

Impulsar un movimiento revolucionario de mujeres para combatir la violencia machista 1

Una de las tristes noticias con las que inició la semana fue el asesinato de 3 mujeres menores de 30 años en el norte del Cauca. Un hecho lamentable que se vuelve paisaje y ante el que, si no tomamos conciencia de la situación y de su relación con la crisis del capitalismo en su conjunto, nos vemos paralizados, sin claridad sobre la forma de combatir este mal y sin un plan y programa para lograrlo.

Lo más difícil y lo más triste es cuando descubrimos que una de esas mujeres tiene algún vínculo con alguno de nuestros círculos más cercanos de amistades y compañeros. Sí, lamentablemente una de las mujeres asesinadas esta semana en el norte del Cauca era la nieta de una obrera, compañera de un grupo de obreros lectores de esta prensa revolucionaria. Cuando estos lamentables hechos e historias pisan tan cerca de nosotros es imposible que no nos conmovamos, nos asustemos, nos preocupemos. Realmente la situación es alarmante y hay que tomar cartas en el asunto.

A mayo del presente año, Colombia presentaba un aumento del 12% en feminicidios respecto al 2021. En julio de este año, la Fundación Feminicidios Colombia registró 129 casos y la Red Comunitaria Trans, 11 feminicidios de mujeres trans. Los informes de la Policía, en mayo de este año y limitándose a los casos oficiales, reportados y admitidos por las instituciones del Estado burgués, dan cuenta que se han asesinado a 420 mujeres, frente a los 375 casos que se reportaron en el mismo periodo del año anterior. Un promedio de 84 mujeres asesinadas al mes, ¡casi 3 mujeres asesinadas por día!

Las “autoridades” y dependencias encargadas de los asuntos de la mujer en los departamentos de Valle del Cauca, Cundinamarca, Antioquia, Cauca y Nariño reportaban las cifras más alarmantes: Valle del Cauca con 75, Cundinamarca con 51, Antioquia con 47, Cauca y Nariño con 28.

El departamento del Atlántico es otro de los más golpeados por esta situación de violencia contra la mujer, la Red de Mujeres contra la Violencia denuncian que, entre enero y julio del 2022, 39 mujeres fueron asesinadas en el Atlántico, de los cuales 12 corresponden a feminicidios. De acuerdo con esos informes, la mayoría de feminicidios, se registran en Barranquilla, su área metropolitana y en municipios como Soledad.

En el caso de Antioquia, según los informes de la secretaria de la Mujer de la Gobernación de ese Departamento, a partir del análisis de las cifras manejadas por la policía, entre “el 1 de enero de 2022 al 3 de agosto de 2022 han sido asesinadas 81 mujeres en el departamento de Antioquia. Casi que se duplicaron los casos entre los meses de mayo y agosto de este año; lo que además expresa un aumento porcentual del 24,3 % de los casos de asesinato de mujeres con respecto a las cifras de ese departamento en 2021.

Es posible que las cifras sean aún más altas, puesto que la violencia machista promovida por el sistema capitalista, la ideología burguesa y heredada de la sociedad feudal más reaccionaría logra evitar que muchas mujeres denuncien y tomen acción contra esta opresión. Sumado a que los mecanismos que ofrece el Estado Burgués y sus instituciones terminan revictimizando a las mujeres, sometiéndolas a procesos burocráticos incomodos y eternos que no resuelven y mucho menos previenen la violencia.

Así como se agudizan todas las contradicciones en el capitalismo y, por consiguiente, la crisis social y política se desata en todos los aspectos de la sociedad contra la clase obrera, en consecuencia, esa agudización de la violencia contra la mujer ha explotado de forma dramática. Los comunistas hemos comprendido que la crisis social que se vive se expresa de la forma más cruda contra los oprimidos y en este estado de cosas, sobre las mujeres se ha volcado la expresión máxima de la opresión, el blanco del crimen y la violencia de un sistema podrido y agonizante, corrupto, criminal y salvaje.

Es por eso que consideramos que el movimiento social, popular y sindical debe asumir la lucha contra la violencia hacia la mujer como un asunto prioritario, como parte de sus principales reivindicaciones. El secuestro, la tortura, el abuso, el asesinato y la desaparición de mujeres y niñas debe ser confrontado mediante la lucha política y social de toda la clase obrera.

La organización de las mujeres debe asumir formas más revolucionarias y radicales, con independencia política del Estado y abandonando toda confianza en sus instituciones. Se necesita impulsar un movimiento revolucionario de mujeres, diferenciadas del feminismo burgués y pequeño burgués, que cuente con una plataforma de lucha que recoja las principales reivindicaciones de las mujeres obreras, campesinas, estudiantes, niñas, etc., y que esté ligada indisolublemente con la conquista del poder por parte de los trabajadores, ya que, como decía la dirigente comunista alemana Clara Zetkin:

“La emancipación de la mujer depende de la victoria de la clase explotada”.

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