La Guerra en Ucrania: ¿Quién tiene la culpa?

La Guerra en Ucrania: ¿Quién tiene la culpa? 1

Vladimir Putin en su discurso anticomunista, justificó como la causa de la invasión a Ucrania, que esta se debe a los errores del pasado cometidos por “Stalin y la URSS”, culpando del problema a los bolcheviques y aclarando cínicamente que la Rusia actual sólo realiza una acción militar preventiva para destronar a un gobierno “nazi-fascista” que causa problemas para su seguridad.

Días atrás, El Espectador publicó una nota titulada «Es tiempo de recordar el genocidio de Stalin contra Ucrania» en donde se trataba de mostrar la ligazón del imperialismo ruso con su pasado “soviético”, mostrando como “los rusos” son gente mala y especialmente “Stalin”, que con su “holodomor” había dominado y sometido aquel país a través de “genocidios y hambrunas”, haciendo gala de la propaganda de “occidente” sobre los mitos contra el comunismo regados por los historiadores oficiales, ya de por sí desvirtuados por evidencia científica y por historiadores “occidentales” como pura propaganda anticomunista y falsificaciones históricas.

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Para el habitante común, es difícil discernir el asunto a fondo, ya que de las primeras impresiones que puede llegar a hacerse, acerca de que aquello es una lucha de intereses políticos y económicos entre países poderosos, le es muy difícil llegar a concluir acerca de los verdaderos culpables de la tragedia bélica.

Aquello de culpar a Stalin de todo, data desde la derrota de la dictadura del proletariado en la URSS por allá en el año 1956, poco después de la muerte de Stalin. Los revisionistas en el poder, o mejor dicho, la nueva “burguesía roja” nacida en el seno de los miembros del partido burocratizado, buscaron en Stalin el chivo expiatorio para cargar sus errores y crear una cortina de humo para el desmantelamiento paulatino de la URSS, propagandísticamente se convirtió en una campaña resonada que occidente usó para atacar la experiencia histórica de la dictadura del proletariado con mitos y falsificaciones, que luego fueron trasladados a la experiencia de la República Popular China y a cada país del campo socialista. De su parte, cada vez que los revisionistas rusos desmantelaban una gran conquista del pueblo soviético, la acompañaban de una poderosa campaña contra Stalin, quien muerto incluso décadas atrás y aun cuando millas de distancia diferenciaban las políticas de los zares al estilo Jrushev y Breznev de las políticas de los tiempos del socialismo, según los revisionistas, “Stalin y los bolcheviques” seguían cometiendo errores. Incluso, cuando cayó el muro de Berlín y se disolvió lo que quedaba de la URSS, la propaganda fue más intensa que antes, pero a pesar de su esfuerzo, de la tinta gastada y los millones de rublos destinados a los historiadores oficiales y periodistas de bolsillo, hoy en día Stalin goza de un 80% de popularidad dentro del pueblo ruso, cada vez el socialismo es una añoranza que crece en la medida que la crisis mundial del sistema agrava la situación social.

Volviendo al caso de Putin, éste se ve en la necesidad de culpar el pasado para justificar sus hazañas “militares”, lavarse las manos ensangrentadas y conservar el poder. La burguesía rusa necesita desesperadamente y por todos los medios, de manera sistemática y persistente continuar con su campaña anti-comunista para contrarrestar esa añoranza del pueblo ruso de regresar a la URSS, también deben evitar a toda costa que el descontento no se le convierta en una fuerza potencial que desestabilice su poder, o que en el presente caso, se le oponga a la actual guerra. Con declaraciones como esas tratan de maniatar un posible rechazo a la guerra, evitar que el pueblo salga a las calles y frustre sus planes. Ya mismo comenzaron a realizarse manifestaciones en Moscú exigiendo el fin de esa injusta invasión, con detenidos y mucha represión policial.

A Ucrania le queda la peor parte del “juego”, ya que desde el año 2013 cuando se inició el poderoso levantamiento popular que destronó al presidente “Yanukovich”, títere puesto por Rusia en el poder, el pueblo que buscaba encontrarle una salida a la crisis económica y social que sufría desde años atrás, vio frustrada sus esperanzas, ya que al no contar con una verdadera guía revolucionaria su lucha fue manoseada y canalizada por la burguesía ucraniana proclive a “occidente”, quien se aprovechó del levantamiento para salirse del dominio ruso y colocar a Ucrania en bandeja de plata a “occidente”. La situación del pueblo ucraniano comenzó cada vez a empeorar, pues la crisis económica se agudizó con la inflación y se inició una guerra civil entre los “seguidores pro-rusos” y los seguidores del Euromaidan. En esa disputa Rusia aprovechó para desmembrarle Crimea y Sebastopol a Ucrania, y en las zonas más al este se crearon zonas separatistas defendidas por milicias armadas, muchas de ellas financiadas y armadas por Rusia. Los Euromaidan fueron incapaces de aplastar aquellas zonas separatistas usando el ejército regular, pues éste se negó a combatir y se encontraba completamente desmoralizado en su tiempo, viéndose obligado a usar brigadas de choque neo-nazis y fascistas como las unidades “Azov” y “Cyborg”, que se hicieron famosas por bombardear civiles y cometer atropellos contra la población civil. Los Euromaidan aplicaron una dictadura de clase para evitar a toda costa que el pueblo ucraniano se levantara de nuevo, prohibieron los sindicatos y la “libertad de prensa”, encarcelaron y asesinaron comunistas y opositores, su hazaña más representativa del terror blanco fue la masacre en la “Casa de los sindicatos” ocurrida en mayo del 2014 en Odessa, donde murieron incineradas alrededor de 40 personas.

De parte de los separatistas se generó un movimiento de milicias que comenzaron espontáneamente a organizarse y frenar la brutalidad de los Euromaidan, llegándose a formar milicias que abarcaban desde fundamentalistas ortodoxos hasta brigadas comunistas. En esas brigadas comunistas se hicieron famosos los nombres de comandantes como “Guivi” y “Motorola”, ambos comandantes encarnaban espontáneamente el espíritu de milicia y lucha heredada de los tiempos de la segunda guerra mundial, dichas unidades fueron nutridas con voluntarios de toda Europa e incluso de Latinoamérica, siendo un potencial peligro para los imperialistas rusos, quienes al ver amenazados sus intereses, asesinaron consecutivamente a esos comandantes y absorbieron esas unidades bajo su esfera. La guerra de ahora, que muy posiblemente terminará con la completa dominación de Rusia sobre Ucrania y la instauración de un gobierno pro-ruso, nada tiene de beneficioso para el pueblo ucraniano, como tampoco lo tenía bajo la junta “Euromaidan”.

Dentro de algunos comunistas se considera a Putin y su gobierno como un buen amigo en la lucha contra el imperialismo norteamericano, incluso un amigo de los pueblos del mundo. Dichas personas ingenuamente soslayan que Putin es un imperialista disfrazado de oveja, un imperialista que persigue a comunistas en su país, que censura y encarcela opositores, que encarna lo mejor de la tradición autocrática de Rusia: el zarismo. A pesar de que en la región del Donbass, las llamadas Repúblicas populares de Donetsk y Lugansk lograron su independencia de Ucrania desde el 2014 gracias a sendos referendos influenciados por Rusia, es apenas hasta estos días -8 años después y tras cruentas agresiones por parte de los fascistas ucranianos- que el gobierno de Putin reconoce la independencia de estas dos regiones en el Donbass, justo cuando está a punto de estallar un conflicto bélico. Él mismo ordenó acabar a “bala” mediante sus mercenarios el pasado levantamiento del pueblo Kazajo en las primeras semanas del mes de enero del presente año, que dejó centenares de manifestantes asesinados y masacrados, como de igual forma en la guerra de Chechenia de 1996 dejó entre 45.000 a 60.000 civiles muertos por sus bombas y balas indiscriminadas. Putin y la burguesía rusa son imperialistas hasta la médula, quienes posan de “impolutos” y afirman que no tienen, según sus palabras para la guerra contra Ucrania, ningún blanco en la población ucraniana, una mentira que se cae por su propio peso y por el ejercicio bélico de su ejército en guerras como la de Chechenia y Siria.

Ahora bien, retornando a la pregunta, ¿quién tiene la culpa?, evidentemente esta recae sobre la puja interimperialista de países poderosos (caso Rusia – Estados Unidos) que se disputan zonas de influencia sobre países más débiles y oprimidos (en este caso Ucrania), una puja sobre un mundo ya repartido y agudizada por la crisis social y económica mundial del sistema, que empuja a las potencias imperialistas a realizar guerras de rapiñas o guerras a gran escala para ganar zonas en donde puedan tener una mejor posición geoestratégica en caso de guerra, llevar sus inversiones y mercancías, donde puedan explotar recursos y mano de obra barata, la guerra misma les sirve para quemar y destruir fuerzas productivas, eliminar una parte de ese “ejército de reserva industrial” o mano de obra desempleada de las grandes ciudades, para sobre la base de esa destrucción y devastación, volver a construir y producir riquezas, que luego y paulatinamente en crisis agudas como la presente, volverlas a quemar y reducir a cenizas en guerras.

Objetivamente la guerra es una consecuencia inevitable del sistema capitalista, el cual necesita de éstas para prolongar su vida. Los proletarios y pueblos del mundo debemos frenar la inevitabilidad de guerras y el peligro de una guerra termonuclear realizando la revolución proletaria mundial y sepultando el sistema. El proletariado debe cumplir ahora más que nunca su misión histórica de acabar con este sistema irracional y caduco. Acabar con el proceso cíclico del sistema y acabar la carrera armamentista y su madre la competencia capitalista, acabar la opresión de países poderosos sobre países débiles, es decir, acabando con el problema de raíz acabando con la propiedad privada sobre los medios de producción: fuente de todos los conflictos y guerras en la historia humana.

«El armamento de la burguesía contra el proletariado es uno de los hechos más considerables, fundamentales e importantes de la actual sociedad capitalista. ¡Y ante semejante hecho se propone a los socialdemócratas revolucionarios que planteen la “reivindicación del desarme”! Eso equivale a renunciar por completo al punto de vista de la lucha de clases, a renegar de toda idea de revolución. Nuestra consigna debe ser: armar al proletariado para vencer, expropiar y desarmar a la burguesía. Esta es la única táctica posible para una clase revolucionaria, táctica que se desprende de todo el desarrollo objetivo del militarismo capitalista, y que es prescrita por ese desarrollo. Solo después de haber desarmado a la burguesía podrá el proletariado, sin traicionar su misión histórica universal, convertir en chatarra toda clase de armas en general, y así lo hará indudablemente el proletariado, pero solo entonces; de ningún modo antes»

Lenin

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4 comentarios

  1. Buen analisis pero hay un párrafo donde dicen «mano de obra barata», La categoría marxista es fuerza de trabajo, eso de mano de obra es un elemento semántico puesto en boga por el revisionismo.

  2. El documento contiene información relevante , desconocida para la mayoría de personas en el planeta, como es la presencia de grupos y organizaciones fascistas cooperantes del gobierno títere de Ucrania impuesto por el bloque imperialista de occidente, comandado por el gobierno de Estados Unidos, lo que falta destacar en el escrito . Hay muchos luqares comunes ,la pugna inter-imperialista , que es necesario actualizar destacando el papel de la OTAN ,ejército de ocupación y agresión imperialista , con su amenaza nuclear a la población Rusa y al planeta en su totalidad. Falta,inexplicablemente, enfatizar la acción mafiosa del gobierno de Estados Unidos que históricamente ha jugado el papel dominante en la opresión ,explotación , agresiones y crímenes contra los pueblos oprimidos del planeta. Extrañamente no destaca el artículo de su periódico ,el papel protagónico ,principal, que ha jugado el imperialismo norteamericano en todos los conflictos del mundo moderno para inclinar su intervención y resultado a favor de la clase dominante de Estados Unidos.
    Como siempre, sin negar algunos aspectos importantes, veo en sus apreciaciones abundantes frases y «análisis» de rutina incansablemente repetidas y congeladas en el tiempo

    1. Gracias, algunos de los aspectos que ud menciona se dejan expresos en el editorial que hemos publicado hoy.
      Sería muy bueno su contribución enviandonos aportes escritos, que pueden ser publicados desde el portal; requerismo de la ayuda de compañeros que con su conocimiento y una posición comunista eleven la consciencia de las masas.

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