Declaración Conjunta de Partidos y Organizaciones Marxistas Leninistas Maoístas

Declaración conjunta

¡Primero de Mayo contra el imperialismo, la reacción, la miseria y la guerra; por la revolución proletaria y socialista en todo el mundo!

¡Proletarios y pueblos oprimidos del mundo, uníos!

El Primero de Mayo es el día en que la clase obrera y las masas explotadas del mundo llenan las plazas y calles de todos los países como una sola clase internacional, movilizada contra la explotación mundial capitalista.

En este día, las masas obreras y populares denuncian el sistema capitalista y el dominio imperialista sobre los países oprimidos, se oponen a las organizaciones sindicales colaboracionistas y a los partidos «vende-obreros» que glorifican la conciliación de clase con los explotadores, la explotación del trabajo asalariado y al servicio a los grandes monopolios del imperialismo que acumulan ganancias y riquezas.

Los precios de los bienes de primera necesidad son los más altos de los últimos 40 años; los salarios reales de la clase obrera se han reducido aún más; el desempleo y la reducción de la fuerza laboral están aumentando drásticamente en todas las grandes industrias. Durante los últimos 10 años, el 99% de la riqueza mundial es propiedad del 1% de los capitalistas.

La destrucción capitalista del medio ambiente y de la naturaleza avanza, acelerando y aumentando los desastres naturales que la desigualdad social convierte en terribles tragedias para los pueblos del mundo.

El capitalismo es un sistema de acumulación, ganancia y explotación sobre las clases trabajadoras; la producción capitalista está marcada por una producción cada vez más social y una apropiación cada vez más privada. Es la contradicción fundamental, la que provoca su inevitable declive.

Como justamente planteó Marx, el capital gotea sangre y suciedad por todos los poros, de la cabeza a los pies, y la única emancipación de la clase obrera es destruir el sistema capitalista por todos los medios y fuerza necesarios.

Marx y los comunistas afirman que el motor de la historia es la lucha de clases y hoy el mundo se enfrenta a una situación histórica en la cual, por un lado, el imperialismo está en crisis, descargándola sobre los proletarios y las masas populares, reprimiendo la lucha y las organizaciones proletarias y comunistas y, por otro lado, los proletarios y las masas populares emprenden luchas y revueltas cada vez más generalizadas, cuestionando los gobiernos imperialistas y reaccionarios, los estados burgueses y todo el sistema social capitalista imperialista.

El mundo entero está viendo como el movimiento clasista y combativo de las masas obreras y populares contra la reforma de las pensiones del gobierno Macron toma las calles de París y otras ciudades de Francia; grandes luchas se desarrollan también en Gran Bretaña, Alemania, Suiza, etc.

El estado imperialista francés responde a estas grandes luchas con la represión.
Pero la represión no detiene sino alimenta la lucha de las masas proletarias y populares, que desarrollan luchas militantes fuera de los límites de la democracia burguesa. La burguesía ya no puede gobernar con parlamentos y elecciones: los proletarios y las masas están abandonando las elecciones.

Hoy más que nunca está claro que son los capitalistas imperialistas quienes impiden el progreso social; son la clase parásita que debe ser borrada de la faz de la tierra.

Las luchas de los proletarios y de las masas populares que resisten los ataques de los capitalistas a los salarios, al trabajo, a la salud, a las condiciones de vida… deben avanzar hasta suprimir la causa de su explotación, aboliendo la propiedad privada sobre los medios de producción y el privilegio de apoderarse del producto del trabajo.

La historia ha demostrado que para superar la crisis el imperialismo marcha hacia la guerra de repartición del mundo y la conquista del mercado mundial. La guerra Rusia/Ucrania es el resultado de la competencia imperialista entre Rusia y EE.UU/OTAN-, en el concurso de otras competiciones en el mundo, Rusia/UE y EE.UU./China – es una guerra de reparto del mundo, por el control monopólico de los recursos naturales. Desde el comienzo de la guerra, las ganancias de las industrias de guerra, de las compañías de petróleo y gas se han duplicado, mientras que las condiciones de la clase obrera, los campesinos y las masas populares han empeorado aún más.

De la crisis del imperialismo, de las luchas de los proletarios y pueblos del mundo, surge la necesidad del socialismo y del comunismo. Las luchas proletarias, los levantamientos de los pueblos, jóvenes, mujeres, migrantes exigen unidad, organización y dirección, de un programa para derrocar el poder reaccionario, y construir un nuevo poder en una nueva sociedad.

Frente a la crisis económica mundial, la burguesía de los países imperialistas marcha hacia una guerra para enfrentarla; otra carnicería en una guerra imperialista por un nuevo reparto del mundo. Todos los países imperialistas, EE.UU., Rusia, China, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia…, Japón y sus alianzas militares, se están preparando activamente para la guerra mundial, utilizando todas sus armas ya disponibles, renovando sus arsenales con armas de última generación por lo que la industria bélica acumula gigantescas ganancias.

Frente a los preparativos de una guerra mundial, las clases dominantes, los lacayos de los países oprimidos, se ponen al servicio de los respectivos amos imperialistas contra los intereses y la voluntad de sus propios pueblos.

La única fuerza social capaz de oponerse a la guerra y, cuando estalle, de transformarla en guerra revolucionaria, son los proletarios. En los países imperialistas deben bloquear el despliegue de tropas, de armas, el reclutamiento de proletarios como «carne de cañón» para una guerra injusta. En los países y naciones oprimidos por el imperialismo, deben intensificar la lucha anti-imperialista y las guerras populares. La unidad y las luchas revolucionarias de los proletarios y pueblos del mundo pueden transformar los preparativos de una guerra imperialista y la guerra misma en una guerra civil revolucionaria, en una guerra de las masas populares para destruir la dominación imperialista y derrotar el poder del capital en todos países.

Todos los Partidos y Organizaciones marxista-leninista-maoístas del mundo deben transformar la actual crisis del imperialismo y sus preparativos de guerra imperialista en movimientos de masas proletarias y populares en el mundo, encaminados a la revolución, según las distintas etapas en los diferentes países, revolución de Nueva Democracia en los países y naciones semicoloniales/semifeudales y revolución socialista en los países imperialistas y capitalistas.

Corresponde a los comunistas dar ejemplo de unidad internacionalista y de lucha contra los preparativos de una nueva carnicería imperialista mundial:

Unir y coordinar esfuerzos en todos los países para impulsar la lucha revolucionaria de los ejércitos proletarios y de las masas populares contra el despliegue de tropas y armas para las guerras imperialistas, guerras reaccionarias, las guerras injustas;

Hacer frente común con todas las fuerzas revolucionarias, anti-imperialistas, genuinamente democráticas, que se oponen a la guerra y al apoyo militar de los regímenes lacayos a sus amos imperialistas en todo el mundo, especialmente en los países semi-coloniales/semi-feudales;

Rechazar y desenmascarar a las fuerzas socialdemócratas, reformistas y oportunistas que a veces, en nombre del proletariado y del pueblo, apoyan una de las facciones imperialistas, todas enemigas mortales de los oprimidos y explotados del mundo;

Intensificar la lucha de clases, fortalecer los instrumentos de resistencia y defensa de los trabajadores, los auténticos sindicatos de clase, es decir los que organizan las luchas obreras en las fábricas, en los sectores de mayor explotación, en las nuevas realidades del trabajo asalariado;

Intensificar las luchas revolucionarias contra la opresión nacional y el apoyo a estas luchas en los países imperialistas;

Apoyar las grandes luchas de las masas campesinas por la tierra para quién la trabaja;

Desarrollar las revueltas y luchas de las mujeres en el mundo como parte del movimiento proletario revolucionario, contra la discriminación, la desigualdad, los feminicidios y las violaciones, la negación del derecho al aborto, la doble opresión de una moderna Edad Media en los países imperialistas y de la servidumbre feudal en los países oprimidos por el imperialismo;

Intensificar la lucha militante contra el fascismo y el racismo, organizando, particularmente en los países imperialistas, la lucha de los migrantes por la acogida, el derecho de asilo, la libertad de circulación, el derecho al trabajo, al salario, a la vivienda, contra las matanzas en el mar y en tierra; Apoyarse en la rebelión de las masas juveniles para organizarlas como primera línea de la lucha revolucionaria contra el Estado burgués;

Luchar para la liberación de los presos políticos y de todos nuestros hermanos y hermanas de clase cautivos en las cárceles del imperialismo y de los regímenes reaccionarios.

La unidad del proletariado mundial, la unidad de los proletarios y de los pueblos oprimidos del mundo es la esencia del internacionalismo.

El internacionalismo requiere que en cada país la clase obrera se organice en su propio partido político independiente, el Partido Comunista, hoy partido marxista-leninista-maoísta, y que los partidos comunistas de todos los países se unan en una verdadera Conferencia Internacional, para construir una única organización internacional con la visión y perspectiva de una nueva Internacional Comunista basada en el Marxismo-Leninismo-Maoísmo.

Los comunistas marxista-leninista-maoístas están en marcha, aprendiendo de la experiencia, de los errores, de las carencias históricas que les han impedido estar preparados para la nueva coyuntura histórica.

Necesitamos edificar, desarrollar y re-construir verdaderos partidos proletarios y revolucionarios, partidos comunistas marxistas-leninistas-maoístas, verdaderos destacamentos de vanguardia de la clase obrera, capaces de manejar estrategias y tácticas adecuadas a los diferentes países, a las diferentes etapas, capaces de utilizar formas legales e ilegales de organización y lucha, capaces de aprender de las masas y deshacerse de las viejas y nuevas formas del podrido revisionismo, sin caer en el extremismo pequeñoburgués estéril, idealista, subjetivista, militarista.

Necesitamos construir el frente único anti-capitalista, antifascista y anti-imperialista, que es fundamental para lograr la dirección real de las amplias masas y aprovechar las contradicciones en el seno del enemigo de clase, según las condiciones existentes en los diferentes países.

Necesitamos dar vida a la fuerza de combate que construya el ejército popular, capaz de desarrollar la guerra de clases, la guerra revolucionaria, la guerra popular prolongada.

¡Muerte al imperialismo!
¡Luchemos por el socialismo y el comunismo!
¡Viva el marxismo-leninismo-maoísmo!
¡Viva el internacionalismo proletario!

Unión Obrera Comunista (mlm) Colombia 
Comité de Construcción del Partido Comunista Maoísta de Galicia
Partido Comunista Maoísta Italia Partido 
Comunista (maoísta) de Afganistán
Partido Comunista de la India (Maoísta)
Partido Comunista de Nepal (Mayoría)
Partido Comunista de Nepal (Maoísta-Revolucionario)
Camino Rojo de Irán (Grupo maoísta)
Partido Proletario de Purba Bangla (PBSP/Bangladesh) 
Partido Comunista Marxista-Leninista de Turquía
Partido de los Trabajadores y Campesinos de Bulgaria
Liga Revolucionaria Maoísta (MRL) – Sri Lanka
Maoístas Rusos
Partido Comunista de Suiza
Liga de Jóvenes Comunistas de Suiza

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