A Patricia la Asesinó el Estado por Abortar

A Patricia la Asesinó el Estado por Abortar 1

A Patricia Solórzano, de 40 años, la asesinó el Estado argentino el pasado 5 de agosto, esposada a una cama de un hospital y con custodia. Su “crimen” fue “homicidio agravado por vínculo”, es decir, por abortar. Patricia en el momento de ser encarcelada, tenía un hijo de 14 años con retraso madurativo por contraer meningitis de pequeño y una niña de 4. Lastimosamente se enfermó de peritonitis en la cárcel, donde ya había cumplido cuatro años de condena. Era activista de un grupo llamado Yo no fui que realiza diferentes actividades con las mujeres detenidas. Dicho grupo denunció que Patricia“agonizó durante varios días después de tres operaciones de vesícula, murió después de llegar a la guardia del hospital, con litros de pus en el estómago, porque su agonía empezó mucho antes” y agregan que la “fueron matando de a poco”; además denuncian que el Centro Médico de la Unidad la abandonó, el juzgado no respondió sus escritos y la defensoría no defendió sus derechos.

A Patricia, como a millones de mujeres en el mundo, la asesinó el Estado burgués que criminaliza el aborto libre, gratuito y seguro. Es un crimen de Estado porque es toda una estrategia que consiste en negarles a las mujeres la atención médica, les da trato de criminales cuando abortan y las entidades supuestamente de control, no actúan o se limitan a realizar una que otra queja que no tiene ningún tipo de efecto real. Patricia no murió de peritonitis: ella murió cuando todas las entidades del Estado burgués ejecutaron en su contra la dictadura de los ricos.

He ahí la hipocresía burguesa: mientras pregonan formalmente en sus leyes el derecho a la vida o a la salud, en la práctica asesinan mujeres criminalizando el aborto y sometiéndolas a una muerte humillante mientras permanecen esposadas a una camilla; mientras en la propaganda institucional el Estado de los ricos dice abogar por los derechos de los niños, en realidad no le interesó dejar sin madre a los dos hijos de Patricia. Por eso la democracia burguesa es dictadura para el pueblo, es opresión ejercida contra las mujeres, disfrazada con palabrería sobre los derechos a la vida, de las mujeres y de los niños, cuando es la caduca maquinaria estatal la causante de millones de muertes de mujeres que se ven obligadas a abortar en condiciones paupérrimas y de niños por desnutrición o enfermedades curables.

Patricia ya no se encuentra físicamente, pero la rabia e indignación por su asesinato es la semilla que quedó en miles de mujeres y hombres que cada vez repudian con más fuerzas al Estado de los ricos y se unen para organizar la lucha directa de las masas para conquistar y defender los derechos de todas las mujeres.

Mujeres y hombres deben unirse en torno a la lucha general por la destrucción del Estado burgués, pues no basta con conquistar una u otra libertad bajo el capitalismo. Esos derechos ganados con lucha deben servir para mejorar las condiciones para librar de mejor forma las batallas por la destrucción del capitalismo y la construcción del Socialismo, primer sistema económico que en los hechos le garantizó en muy poco tiempo a la mujer el disfrute de derechos como el divorcio o el aborto voluntario y gratuito.

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