LA HISTORIA LA HACEN LAS MASAS

LA HISTORIA LA HACEN LAS MASAS 1
Fragmento del cuadro «La Reyerta»

A propósito de la Independencia Colombiana

Un país ni libre, ni soberano…

Alborozada la burguesía colombiana festeja cada año la liberación del yugo español, mientras detrás del telón patriótico reafirma su sometimiento a la bota militar americana y negocia recursos naturales con otras potencias imperialistas. Este año la celebración se conoce como el “Bicentenario de la Independencia” y con la cual busca reforzar la idea que Colombia es un país libre y soberano, cuando en realidad tales palabras solo existen en el papel debido a que cotidianamente se ven pisoteadas por aquellos que se dicen sus defensores y guardianes; esta situación no puede ser de otro modo mientras en Colombia exista el capitalismo, ya que los intereses de las clases sociales privilegiadas, que tienen en sus manos el poder del Estado, legislarán e impondrán sus intereses amparados en la ley que ellas mismos escriben!!!

Varios son los casos donde la libertad se pisotea y la tan mentada soberanía se viola: el asesinato de líderes sociales, la criminalización de la protesta social, el papel que juegan generales y políticos fomentando la implementación de nuevos “falsos positivos”; las concesiones por más de 25 años a empresas explotadoras imperialista mineras o petroleras que utilizan métodos de extracción como el fracking, donde las fuentes de agua y suelos sufren un daño irreparable; o se mantienen negocios multimillonarios con empresas como Monsanto cuyo producto estrella en Colombia, el Glifosato, ha sido utilizado para devastar miles de hectáreas de bosque y cultivos, generando incluso enfermedades cancerígenas en la población, con la excusa de acabar con los cultivos ilícitos; lo que en la práctica no se ha dado porque Colombia actualmente produce el ¡70% de pasta de coca del mundo! Por mencionar algunos casos donde se ve claramente que las tales libertad y soberanía solo están en el papel.

Colombia no es libre ni soberano y ello se debe a que en su condición de semicolonia la libertad e independencia son formales, solo se reflejan en el papel, pero no por ello debemos dejar de luchar por usar los pocos derechos adquiridos contemplados en la ley y conquistados en la lucha.

Aprender de la historia

La “independencia Colombiana” nos remite al 20 de Julio de 1810, porque en esa época se dio el altercado entre los criollos (elites locales hijos de españoles nacidos y criados en el continente americano) y los llamados chapetones (españoles que ocupaban cargos administrativos o eran comerciantes quienes se consideraban de linaje puro) en la plaza de Santafé de Bogotá con motivo del préstamo del famoso “florero de Llorente”, altercado que algunos escritores definen como conspiración1 y con el cuál llamaron al pueblo a rebelarse; de altercado no hubiera pasado si no fuera por cuatro grandes circunstancias: la primera, la invasión napoleónica a España con lo que se propició un movimiento revolucionario en las colonias españolas de América con la caída del Rey Fernando VII; la segunda, el ambiente caldeado desde hacía años contra los atropellos cometidos por los españoles; la tercera, las declaraciones hechas en otras partes de la Nueva Granada que dieron inicio a la conformaciones de Juntas de Gobierno en Cartagena (22 de mayo), Cali (3 de Julio), Pamplona (4 de Julio) y El Socorro (10 de Julio) y la cuarta, que se dio en Santafé, ciudad que era el centro del poder ya que en ella residía el virrey, funcionaba la Casa de la Moneda y la Real Audiencia, instituciones del rey Fernando VII en este territorio. En pocas palabras se presentó para el año 1810 una situación revolucionaria que fue aprovechada por los criollos para poner a la población de su parte con un hecho planeado de antemano2.

1. Molano E. (2011) Grandes conspiraciones en la historia de Colombia. Editorial Debate.
2. Bateman, A. (1998) Francisco José de Caldas. El hombre y el sabio. Editorial planeta. Colombia. El autor de este libro también basado en la opinión de un personaje de la época Doctor Rodríguez Piñeres considera que fue un acontecimiento preparado de antemano (p. 350) 

Sería ingenuo pensar que un simple estallido en un lugar público desencadenara todo un cambio histórico, político y social, para ello, se requirió toda una movilización ideológica y política de criollos, artesanos, negros e indígenas (esclavos) estos últimos esperanzados en conseguir su libertad (¡¡solo decretada en 1851!!) que comenzó a ser fraguada catorce años antes en Londres (1796), donde varios independentistas guiados por los ideales de la independencia americana (1776) y de la Revolución Francesa (1789) se reunieron para organizar la forma de derrotar las tropas españolas liberando así el territorio americano. En esta reunión participaron Antonio Nariño, Francisco Miranda y José Caro, donde acordaron inicialmente buscar la ayuda de los ingleses para conseguir armas y suministros, lo cual trataron de conseguir también con los franceses y los americanos procurando en cambio negocios comerciales con esos países; al no poder llegar a un acuerdo completo, optaron por un plan B que consistía en movilizar a los habitantes santafereños (propuesta de Nariño) para fundar una junta de gobierno que se encargara de unificar a las provincias, junto a otro, que consistió en desconocer la corona y erigir un monarca local que escuchara al pueblo; la última propuesta cuyo autor era Rosillo no encontró eco en quien esperaba podía posesionarse del cargo, por lo que los independentistas optaron por el plan de Nariño que vino a consolidarse 28 años después en 18243 con el triunfo definitivo de la Guerra de independencia.

3. Las principales batallas contra las fuerzas realistas españolas concluyeron en 1819 con la Campaña Libertadora. Pero el periodo independentista se cierra en 1824 con la batalla de Ayacucho.

Ello demuestra que los cambios no son súbitos ni repentinos; son el producto de la acumulación de fuerzas, de la concreción de circunstancias nacionales e internacionales, la situación revolucionaria de aquellos años fue dirigida por la naciente burguesía comercial y los terratenientes en contra de la opresión extranjera española, de allí que fuese una guerra de liberación conocida posteriormente como Guerra de Independencia.

Este episodio histórico, el cual contó con el apoyo de comerciantes quienes con consignas patrióticas buscaban librarse de los tributos o impuestos que les hacían pagar para sostener a la corona española y sus fuerzas militares, además de romper el monopolio español para negociar con otras potencias extranjeras, produjo un aumento en sus fortunas, de allí su apoyo al movimiento. Por lo que no se debe pensar que la independencia fue un acto para librarse de la tiranía y formar un gobierno revolucionario, en realidad, fue una lucha para fomentar libremente el desarrollo económico de las élites criollas, gracias a los acuerdos establecidos con otras potencias en el momento de la independencia, en primer lugar con Inglaterra, permaneciendo incólumes sus títulos de propiedad de la tierra, manteniendo por cuatro décadas más la esclavitud y golpeando sectores productivos como el artesanado que se veía constantemente abocado a la ruina debido a la competencia de mercancías traídas del extranjero.

Como enseñanza para el presente, es de advertir que las situaciones revolucionarias son aprovechadas por clases sociales representadas en partidos políticos o fuerzas políticas, quienes dirigen el estallido hacia los cauces de su propio programa; si este programa lo representa la burguesía los cambios estarán a tono con sus intereses de clase, de allí la importancia de mantener la independencia ideológica, política y organizativa para representar los intereses de la clase obrera.

Posteriormente, en España retorna al trono Fernando VII (1814) debido a la derrota de las fuerzas napoleónicas con lo que procura volver a posesionarse de las colonias americanas, encomendando esta tarea de reconquista a Pablo Morillo quien ejecuta un régimen de terror de 1815 a 1819.

Este último episodio de la independencia dejó sus lecciones para la historia: demostró que las clases oprimidas (esclavos, pequeños campesinos, artesanos, pequeños comerciantes de aquella época) no pueden confiar en sus opresores, ni en sus promesas demagógicas de mejorar las condiciones de vida del pueblo, ni en sus palabras de paz; puesto que mientras el pueblo se confía, ellos organizan sus ejércitos para retomar las posiciones y reprimir los levantamientos, como lo hizo España con Morillo. El pueblo hace la historia y para salvaguardar sus intereses necesita de su propia organización para defenderlos; sin organización propia e independiente de las clases poseedoras cualquier proceso revolucionario quedará limitado a pequeñas mejoras momentáneas.

Como se puede observar, es necesario sacar lecciones del pasado para las luchas actuales; muy valiosas para comprender que la burguesía ha usado la independencia para inflamar de interés burgués, patriotero y servil el corazón de las clases oprimidas de nuestro país, y engañarlas de forma directa con el cuento de que los ricos, quienes gobiernan este país, son los herederos legítimos de los triunfos conquistados en el pasado con la vida y sangre del pueblo colombiano.

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