Polémica a Propósito del “Pacto Histórico” (3)

pacto histórico

Presentamos la parte final de la polémica entre dos viejos revolucionarios alrededor del llamado Pacto Histórico.

En esta ocasión referida a la necesidad del Paro General Indefinido como la mejor forma de enfrentar al régimen mafioso y frenar la voracidad de los capitalistas en su arremetida contra el pueblo; el camino que contribuye ahora a preparar las fuerzas populares para la revolución socialista, única salida real a los grandes problemas de la sociedad colombiana.


Compañero Santiago, aduce en defensa de la táctica de su partido que ustedes no lo apuntan todo a las elecciones, sino que también están por la lucha directa y el paro, como lo manifestó la“Multilateral de Fuerzas Sociales y Políticas, Populares y de Izquierda”.

Cita el comunicado de enero 25 de la llamada Multilateral donde se llama ¡A preparar y desarrollar el Paro Nacional por la negociación del pliego nacional y de emergencia del Comité Nacional de Paro, por la defensa de la vida, la democracia y la paz con justicia social!

Sin embargo, cuando le digo que su partido y esas fuerzas han sido inconsecuentes por cuanto se dedicaron fue a marchar a la cola de Roy Barreras y no a preparar el paro, me sale con la cantinela de que: “Los paros no se decretan se construyen desde la base y con consignas claras, el Paro General Indefinido que ustedes proponen es una consigna vacía”.

Una forma de escurrirle el bulto a la crítica justa, con el agravante de que usted sabe por experiencia propia y en eso ya habíamos quedado de acuerdo en que el Comité Nacional de No Paro no está interesado en la lucha; se le olvidó que incluso su partido y los demás de la llamada Multilateral, le exigieron a ese esperpento, realizar un encuentro democrático y ampliar la dirección del Comité de Paro. Sin embargo, en los hechos siguen a la cola del mismo, aceptaron que el Pliego del 21 de noviembre del 2019 se redujera al “pliego de emergencia”, aceptaron que la convocatoria para el 28 de abril con el nombre de paro se redujera a otro de los acostumbrados desfiles o “jornadas nacionales de protesta”.

Obviamente el Paro General Indefinido hay que prepararlo y organizarlo, esa es la labor de los revolucionarios, pero usted en lugar de aceptar que no están interesados en la táctica revolucionaria, es decir, en derrotar al régimen con la huelga y la lucha revolucionaria en las calles, esgrime el argumento insulso de que esa es una consigna vacía.

En lugar de buscar la verdad en los hechos, como se le exige a los comunistas, desconoce olímpicamente no solo que el Paro del 21N se le impuso a la fuerza y desde la base a las camarillas de las centrales sindicales, gracias al trabajo de los revolucionarios; se le olvidó o evade el hecho de que cuando el CNP se vio obligado a aceptar el paro, dijo que era solo de un día (porque quería convertirlo como siempre en otra “jornada nacional de protesta”) y esa misma base exigió el Paro Indefinido, apoyándose en la inconformidad general del pueblo; rebeldía que fue demostrada con el cacerolazo que retumbó en el mundo en la noche del mismo 21N, y con las manifestaciones los días siguientes, donde quedó claro el querer de las masas de hacer realidad el Paro Indefinido. ¿Qué de vació tienen esos hechos objetivos? Las frases vacías son las de su partido y las suyas propias compañero cuando justifican la falta de entereza para acometer las tareas de lucha, porque se dejaron enredar en la politiquería, como históricamente lo han hecho.

En su defensa, nuevamente sale con otra vieja y trillada frase, esa sí vacía: “nosotros combinamos todas las formas de lucha de las masas”. La cual no es más que una baratija con la que su partido ha enmascarado siempre su cretinismo parlamentario. Según el método dialéctico, no se trata de “combinar todas las formas de lucha”, sino de determinar siempre cuál de ellas es la principal y cuáles son las secundarias, según el momento.

No determinar esa jerarquía permite que se imponga espontáneamente la politiquería. No es extraño por tanto, que por andar a la cola de Roy Barreras y su “chao Duque”, y darle prioridad a promover el “pacto histórico”, su partido y todo el reformismo se “olvidó” de preparar el Paro. El llamado al “paro” el 28 de abril se convierte en una tapadera para decir que sí están por la lucha, pero los hechos cantan: su llamado al paro es un saludo a la bandera. En los hechos, la politiquería se opone a la preparación y organización del paro y desvía la rebeldía de las masas encausándola por la vía institucional electorera.

Y no se ofenda compañero pero la participación en elecciones si no sirve para contribuir a destruir el Estado burgués es simple y llana politiquería. Por eso Lenin decía que las elecciones eran siempre un asunto de segundo orden frente a la lucha revolucionaria de las masas, siendo siempre este último el aspecto principal. Es decir, la orientación revolucionaria frente a las elecciones, cuando se utilizan participando ellas, es para destruir el parlamento desde adentro, no para “hacer mayoría” en él, como sueña su partido; ni para alcanzar la presidencia como sueña todo el reformismo agrupado en el “pacto histórico”. Tal posición significa renunciar a la orientación de los maestros del proletariado de no aceptar puestos en el ejecutivo del Estado burgués (ni alcaldías ni gobernaciones, ni ministerios y mucho menos la presidencia) por cuanto son estos los encargados de ejecutar, no la voluntad el pueblo como creen los reformistas, sino la dictadura de los explotadores.

Esa fórmula inservible que su partido siempre ha esgrimido para esconder su trasegar a la cola de la burguesía, no conduce a la revolución sino a perpetuar la dominación de la burguesía y los terratenientes, socios y lacayos del imperialismo, y todo el orden existente. Por eso compañero debería preguntarse por qué el Partido Comunista Colombiano lleva más de 90 años haciendo lo mismo y seguramente encontrará la respuesta del por qué sigue en las mismas. Para mí es claro que no se pueden obtener resultados distintos cuando la gente se empeña en cometer los mismos errores.

La cuestión no es hacer política en general porque se termina haciendo política burguesa, sino de hacer política proletaria. El problema a resolver por parte de los comunistas y revolucionarios es cómo con su actuación política acercan el triunfo de la revolución y no cómo reforman y perpetúan la explotación asalariada.

Desde muy temprano, por allá en septiembre de 1871, unos meses después de la derrota de la histórica Comuna de París, de la cual estamos celebrando el 150 Aniversario este año, el maestro del proletariado Federico Engels advertía a los trabajadores sobre el peligro del anarquismo y su abstencionismo político; pero también con su agudeza los prevenía contra la propensión de algunos dirigentes a engolosinarse con la política burguesa, con la politiquería:
“… la revolución es el acto supremo de la política; el que la quiere, debe querer el medio, la acción política que la prepara, que proporciona a los obreros la educación para la revolución y sin la cual los obreros, al día siguiente de la lucha, serán siempre engañados por los Favre y los Pyat [burgueses radicales y reformistas]. Pero la política a que tiene que dedicarse es la política obrera; el partido obrero no debe constituirse como un apéndice de cualquier partido burgués, sino como un partido independiente, que tiene su objetivo propio, su política propia”.

Tal ha sido la carencia histórica de su partido compañero, y mientras eso no cambie seguirá siendo el “partido liberal chiquito” como lo llamó López Michelsen. En los próximos días nuevamente serán los hechos los que den la última palabra.

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