¡NO VOTAR! ¡LUCHAR! ¡LUCHAR! ¡LUCHAR!

¡NO VOTAR! ¡LUCHAR! ¡LUCHAR! ¡LUCHAR! 1

EL PUEBLO NO ESTÁ OBLIGADO A ESCOGER ENTRE LA PESTE Y LA MALARIA

Después de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, el gobierno, los partidos politiqueros, los empresarios y sus medios de comunicación, imploran al pueblo que vaya a votar. Los ricos saben que el presidente no lo eligen las clases trabajadoras porque a excepción de opinar en las redes sociales no tienen poder económico para usar los grandes medios de comunicación, ni para contratar encuestas y hacer propaganda día y noche, ni para controlar las instituciones electorales, ni para inducir a la gente con ofrecimientos económicos y cargos políticos o por la fuerza de las armas a votar por determinado candidato. Ese poder solamente lo tienen las clases económicamente dominantes que en Colombia son dueñas de los bancos, las industrias, las tierras, en pocas palabras son las dueñas del capital.

Pero los ricos no siempre imponen de frente y a la fuerza a los gobernantes, pues se echarían a todo mundo encima, quedarían como unos descarados dictadores. Ellos necesitan el voto de los trabajadores para legalizar o legitimar a los gobernantes, que sin importar quiénes sean personalmente, están obligados a gobernar para mantener el orden económico que en Colombia se llama capitalismo; un sistema donde muchísimas personas cada día más pobres trabajan para unos poquitos capitalistas cada vez más ricos. Así mismo, están obligados a gobernar para mantener el orden político que en Colombia se concentra en el poder del Estado cuyas leyes y fuerzas armadas defienden los privilegios de los ricos y coartan los derechos de los pobres; un Estado que debe garantizar la superexplotación de los trabajadores; un Estado que a pesar de tener nombre de democracia, en realidad es solo el disfraz de la dictadura de los capitalistas.

Así las cosas, en estas elecciones el pueblo convocado a votar, queda entre la espada y la pared, casi que obligado a escoger entre la peste y la malaria, pues cualquiera de los dos candidatos, Duque o Petro cuando sea presidente, tiene que olvidarse de sus promesas electorales y mantener el orden económico y político capitalista, tiene que ejecutar la Agenda Empresarial y los compromisos con la OCDE, es decir, reformas políticas y económicas en lo pensional, lo tributario, laboral, etc., que como ya se sabe, significan rebaja de salarios y más pérdida de conquistas anteriores, significan más represión y persecución a las protestas sociales, más pobreza para los trabajadores y mayor riqueza para los capitalistas.

Es por eso que las elecciones de los ricos son una farsa para engañar y someter a los pobres. Es por eso que desde hace muchísimos años, la mayoría del pueblo colombiano no vota, y así la abstención haya disminuido un poquito en la primera vuelta, no sería raro que se disparara en la segunda. El pueblo no está obligado a escoger entre Duque o Petro, que es como escoger entre la peste y la malaria porque ambos candidatos están de acuerdo en la defensa del capitalismo y de la institucionalidad que significa fortalecer el Estado de los ricos. Los trabajadores que en su mayoría no votan, deben mantenerse firmes en esa posición abstencionista, en rechazo a los chupa-sangre capitalistas, en rechazo a las farsantes elecciones en este Estado corrupto hasta la médula, en rechazo al chantaje uribista de «votar contra el castro-chavismo», y en rechazo al chantaje petrista de que «abstenerse es apoyar al uribismo».

La única elección que de verdad le sirve a los trabajadores es la lucha directa por sus necesidades y por reconquistar las reivindicaciones perdidas, luchar por impedir que le sigan cercenando sus derechos, y aún más, prepararse desde ya, para una verdadera lucha revolucionaria que destruya el actual orden económico y político capitalista, y construya un nuevo orden socialista donde los trabajadores sean los gobernantes y los explotadores sean los gobernados, los sometidos, los expropiados.

No es por medio de la farsa electoral como el pueblo resuelve sus problemas. Allí, con su voto solo apoya la superexplotación de su trabajo y acepta el yugo opresor de los capitalistas. No es en las urnas sino en las calles donde los trabajadores pueden oponerse al hambre, al desempleo, al destierro, a las enfermedades, males todos provenientes de la explotación asalariada del trabajo y de la tiranía gobernante de los explotadores. Y puede lograrse si el pueblo une sus fuerzas en una misma lucha contra todos los chupasangres explotadores representados por el Gobierno y el Estado.

¡No es hora de votar! ¡Es hora de luchar! Es hora de preparar un poderoso Paro Nacional Indefinido que detenga la inmediata e ignominiosa reforma pensional que obligatoriamente debe aprobar gane quien gane la presidencia.

Es hora de preparar un poderoso Paro Nacional Indefinido que contra la rebaja permanente del salario de los trabajadores, exija directamente al Estado y su Gobierno un Alza General de Salarios. Que exija una verdadera reparación a las víctimas de la guerra contra el pueblo, que les expropió 10 millones de hectáreas. Que exija no más expropiación a los campesinos y viviendistas por cuenta de los expropiadores bancarios.

Las expropiaciones a los pobres de la ciudad y del campo, son silenciadas por los capitalistas escandalizados de solo escuchar la palabra “expropiación” como parte de las bufonadas en la farsa electoral, pero quienes no podrán evitar que la futura revolución socialista de los obreros y campesinos lleve a cabo por la fuerza de las armas la consigna de su programa: ¡expropiación de los expropiadores!

¡NO VOTAR! ¡NI EL ESTADO NI LOS POLITIQUEROS, SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO!

¡NO VOTAR! ¡ABAJO EL PODRIDO ESTADO BURGUÉS Y SUS ELECCIONES! ¡VIVA EL FUTURO ESTADO DE OBREROS Y CAMPESINOS!

¡NO VOTAR! ¡UNIR Y GENERALIZAR LA LUCHA OBRERA CAMPESINA Y POPULAR!

Unión Obrera Comunista (mlm)
Junio 04 de 2018

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