La Salida del Moir y la Bancarrota del Polo

La Salida del Moir y la Bancarrota del Polo 1

El pasado 11 de septiembre, el MOIR planteó a través de una carta su deseo de retirarse del Polo Democrático Alternativo; aquel es un partido dentro de una coalición que se constituyó como una colcha de retazos, con la idea de combatir el “fascismo” encarnado en el régimen de Uribe.

Tal coalición se propuso entre otras cosas: “…la construcción de una democracia participativa real donde prime la igualdad social, la defensa del espíritu democrático de la Constitución Política de 1991 y del Estado Social de Derecho, de un modelo alternativo de desarrollo sustentable y equitativo, la búsqueda democrática del poder para ejercerlo en beneficio de la nación; la defensa y promoción de los derechos humanos, la tolerancia y el respeto por la diferencia y el pluralismo ideológico…”

En palabras sencillas, el Polo nació para seguir defendiendo el sistema de explotación capitalista solo que con algunas reformas. Por eso el Polo ha servido durante estos años para almibarar al pueblo con promesas. Sus jefes pueden alegar que ha servido de “oposición” a los gobiernos uribistas, pero tal oposición no ha pasado de los debates en el parlamento, porque cuando han ejercido el poder en alcaldías y gobernaciones no han tenido diferencias con los gobernantes de la derecha: medidas antipopulares, corrupción y represión, acompañadas de uno que otro programa de asistencia social. Los mandatos de Lucho Garzón, Samuel Moreno y Petro en la capital son un claro ejemplo de ello.

Ese MOIR que hoy se quiere separar del Polo, nunca ha sido un movimiento obrero independiente y mucho menos revolucionario, así sus fundadores se etiquetaran de maoístas. De hecho, no pasó mucho tiempo antes de que empezara a renegar de la lucha armada y del movimiento de masas, para salir en auxilio de la inexistente “burguesía nacional” colombiana y de los terratenientes con el pretexto de defender la “soberanía nacional” y la “producción nacional” de los acérrimos enemigos del proletariado y el pueblo colombiano. De su actuación habla el ridículo episodio protagonizado cuando llamó al “Paro Nacional Patriótico” en 1970 en respaldo del exdictador Gustavo Rojas Pinilla y de su larga carrera de traiciones y componendas con los de arriba.

De organizaciones de semejante talante está conformado el Polo, y por eso su historia es de intrigas y maquinaciones que nada tienen que ver con la lucha del pueblo y sí con la politiquería burguesa, lo cual ha conducido a las ya conocidas escisiones frecuentes ocasionadas por las aspiraciones de sus jefes, ora con los liberales, ora con los verdes… en fin, nada más se podía esperar del agrupamiento de estas organizaciones, movimientos y partidos reformistas y oportunistas, a quienes solo los une el objetivo de seguir manteniendo la democracia burguesa; es decir, el poder de las clases dominantes y, claro, su moribundo sistema de hambre, miseria y muerte.

La escisión del “MORIR” –como lo llaman popularmente los luchadores– se enmarca por un lado en apuestas que hacen para las elecciones del 2022; el Polo y en particular Iván Cepeda, plantea apoyar a Petro, con lo cual el MOIR no estuvo de acuerdo porque Robledo es su candidato y enfrentarlo en una consulta interna con Gustavo Petro es una evidente derrota; en ese caso la futura alianza electoral del MOIR se prevé será con los Verdes de Fajardo de clara tendencia uribista aunque se autodenomine de “centro”. Por su parte, el Polo, ya sumergido en la bancarrota, hará el trámite de la consulta entre Petro y Alexander López, para definir su candidato en las próximas elecciones.

No obstante, esta solicitud de escisión tiene un propósito más allá de las elecciones y es que de fondo, el MOIR quiere romper con la izquierda reformista. La historia ha demostrado que este partido está del lado de los intereses de burgueses y terratenientes, con la excusa de la necesidad del desarrollo económico y de la defensa de la tal “burguesía nacional”, por ello su programa no va más allá de la supuesta defensa de la soberanía nacional, que no es más que la defensa del sistema capitalista de explotación ya impuesto en el mundo entero.

¡He ahí el peligro de la consigna por la defensa de la soberanía nacional que no existe! Pues la burguesía colombiana es socia y a la vez lacaya del imperialismo, que además cumple con las imposiciones de instituciones como la OCDE, el Banco Mundial y el FMI, ya sea a sangre y fuego como lo hacen gobiernos abiertamente reaccionarios como el de Duque-Uribe, ya sea hipócritamente como lo hacen gobiernos de la burguesía tradicional al estilo de Santos, o como lo hará un gobierno reformista de “izquierda”, por cuanto todos deben cumplir las órdenes de sus amos.

Lo único nuevo que muestra la actitud del MOIR al separarse del Polo sin alternativa es su compromiso abierto con los enemigos del pueblo. Esos son los verdaderos propósitos de los jefes dizque revolucionarios del MOIR, engañar con posturas pseudo marxistas a las masas, para seguir manteniendo el reino de la minoría explotadora, en un sistema donde ellos se acomodaron, tienen algo de poder y viven como ningún proletario puede hacerlo.

Lo detestable de esto, es que engañan a un sector de las masas al trabajar en los sindicatos, en las organizaciones campesinas, populares y de masas para convencerlos de sus posturas políticas, que no van más allá de maquillar la dictadura de los ricos, garantizando los privilegios de burgueses y terratenientes, mientras que la mayoría del pueblo sufre el infierno de la super explotación, es asesinada si quiere defender sus derechos y es sometida a las leyes y medidas que gente como los jefes del MOIR y también del Polo ayudan a aprobar desde el parlamento o le dan la apariencia democrática a la dictadura de la burguesía y los terratenientes. Son unos traidores de la causa de la clase obrera, se abrogan el título de revolucionarios, incluso de maoístas y no son más que un partido revisionista defensor de los enemigos de los desposeídos, agente de quienes viven del sudor y la vida de las masas trabajadoras.

Pero el resto del Polo no se queda atrás, sus objetivos son básicamente los mismos, por eso el MOIR ha estado allí. Para algunos compañeros engañados la salida del MOIR del Polo significa una división que afectará la lucha del pueblo, pero no es así; ni el Polo, ni el MOIR son partidos que representen los intereses de los desposeídos; sus decisiones nada tienen que ver con la lucha de masas, sino con sus intereses particulares, para triunfar en la próxima contienda electoral y ascender en los puestos del Estado burgués. Su compromiso con las luchas juveniles, estudiantiles, barriales, sindicales y populares, no va más allá de alcanzar algunas reformas para prolongar la agonía del sistema y, especialmente, para encaminar esa furia y rebeldía de las masas hacia las urnas en defensa de la democracia burguesa y la explotación asalariada.

Todo esto, es solo una demostración más de que no hay salvadores supremos. Mientras ellos se ocupan de sus programas políticos afines a la burguesía y de sus apuestas electorales, el pueblo, los jóvenes y niños son masacrados; mientras ellos se dividen o se unen a conveniencia, las masas se enfrentan en las calles contra el terrorismo de Estado y las medidas en contra de las clases trabajadoras; mientras ellos preparan la logística para sus consultas, los luchadores buscan unirse, en bloques, en comités, en asambleas, en encuentros, para definir por sí mismos las formas de lucha y reivindicaciones a conquistar con la confrontación directa, con el Paro General Indefinido, con la organización de los desposeídos. Esa debe ser la verdadera preocupación de los luchadores y de las bases de esos partidos, porque para oponerse a la arremetida contra el pueblo, hay que organizar y preparar la lucha revolucionaria de las masas en campos y ciudades, no desde los puestos burocráticos de un Estado en el que ya nadie confía, porque es cada vez más evidente que solo funciona para defender a sangre y fuego los intereses de burgueses, terratenientes e imperialistas.

La tarea entonces, además de seguir denunciando el poder de los capitalistas en su podrido Estado burgués, es prepararse para la lucha, concretar el Paro General Indefinido para frenar la oleada de violencia y medidas contra las clases trabajadoras y, luchar por concretar el partido del proletariado, que realmente dirija las luchas del pueblo hacia una sociedad donde los que todo lo producen serán quienes todo lo dirijan; una tarea en la que la juventud y las bases militantes de esos partidos y coaliciones, a quienes realmente les importa el futuro de su pueblo, tienen su puesto de combate.

¡Por un Verdadero Partido que Represente al Proletariado y Defienda los Intereses de las Masas Populares, Adelante!

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