La muerte de Rubiela Chivará ¡LECCIONES PARA LAS VÍCTIMAS DEL SISTEMA DE SALUD!

Rubiela Chivará de 51 años de edad tenía una enfermedad del corazón y una intervención quirúrgica oportuna le hubiera permitido vivir muchos más con aceptable calidad de vida. El 25 de agosto del 2015 la vio el cirujano que practicaría la urgente operación; pero entre las consultas con anestesiología y exámenes de sangre, pasaron tres meses hasta que la programaron por fin para el 6 de enero del 2016. Infortunadamente, su cirugía requería que la Clínica Jorge Piñeros Corpas, propiedad del Grupo Saludcoop, tuviera los insumos básicos para practicarla y un ascensor para subirla hasta el quirófano. Sin recursos y sin ascensor para la cirugía del 6 de enero, el procedimiento fue suspendido. Rubiela murió el 19 de enero.

El caso de Rubiela fue muy conocido por esos días, no tanto por los acontecimientos anteriores a su muerte sino por los posteriores. Casi todo el país sabe que Rubiela, saliendo de la EPS Cruz Blanca, murió a plena luz del día en un andén de la autopista Norte en Bogotá. Es bien sabido que su cadáver permaneció ante la mirada del público desde la 1 p.m. y siendo las 6 de la tarde permanecía tirada sin que se efectuara el levantamiento correspondiente. Pero lo que tal vez no se sabe es que sus familiares al ver que pasaban 5 horas y el cuerpo seguía siendo objeto de morbosidad por miles de curiosos, y en medio del terrible dolor, no tuvieron más remedio que bloquear la Autopista para obligar la presencia del CTI, acción que fue apoyada por medio centenar de personas.

“Desde la 1 de la tarde, no ha sido posible que el CTI llegue y nos haga el levantamiento del cadáver, por eso ¡exigimos que hagan el levantamiento del cadáver de nuestra madre! que falleció por la ineficiencia de la EPS Cruz Blanca que tenía que practicarle una cirugía y no se le practicó cuando debía ser… hoy está sin vida, tirada en un andén de la vía pública donde pasan miles de transeúntes.”
Explicaba a los presentes el hijo de Rubiela, en un video que puede verse en YouTube.

«¡Mírenme transeúntes! ¿Cómo se siente uno de familiar? viendo a su mamá tirada allá, burlada. Por eso no nos vamos a mover hasta que llegue el CTI”

¿Y cómo no apoyar a la familia Chivará? Cualquiera está en riesgo de caer como ella, en ese conocido “paseo de la muerte” montado por las EPS. Estando en la misma situación se hubiera actuado igual. Saber que un ser querido muere injustamente, en un negocio sostenido con los parafiscales que se pagan mes a mes, para luego verlo tirado en el piso como un despojo público sin que pareciera importarle ni a la policía ni al CTI, ni a ninguna de la autoridades del régimen, en últimas responsable de su muerte, no puede causar más que indignación. El reclamo de la familia Chivará era justo y debía ser atendido con rapidez, pero el Estado burgués, ahora en cabeza de Peñalosa en la capital del país, respondió con la misma barbarie sádica, con la brutalidad propia de las cavernas con que se responde a los bogotanos desde hace 14 años: ¡Gases lacrimógenos y balas de goma estrellándose contra los familiares en luto y contra el cadáver de la víctima!

Qué humillación, rabia e indignación se siente al ponerse en el lugar de estas personas. Pero el caso de Rubiela es solo uno que ha salido a la luz pública entre miles de anónimos. Y dolorosamente enseña que bajo el régimen capitalista de producción, aunque existe el derecho formal a la salud, la realidad es que sigue fuera del alcance de la mayoría trabajadora; muestra que no es la llamada «negligencia médica» la responsable de la crisis en salud, sino que la raíz del problema se esconde a simple vista, porque la demora en las citas, la falta de ascensor, los insumos necesarios para la cirugía que nunca llegaron, todo esto, es así porque unos pocos gozan del derecho de apropiarse para su beneficio y riqueza de los recursos de la salud producidos por la comunidad de trabajadores.

Y mientras esto siga así las muertes prevenibles como la de Rubiela Chivará, seguirán ocurriendo; la próxima víctima puede ser usted o cualquiera de los suyos ¡¿Qué se puede hacer para impedirlo?! Está demostrado que ni las tutelas, ni los jueces, ni los salvadores supremos, ni hombres como Petro (que estuvo como alcalde la mayoría del tiempo que esta mujer fue burlada por la EPS) ni ninguno otro pobre desgraciado en el poder salvará la salud de usted y su familia del poder de las EPS. Solo un movimiento por la defensa de la salud que inunde las calles del país, que paralice las ciudades y el campo, que golpee el bolsillo de la burguesía, la obligará a retroceder y a derogar la Ley 100 entre otras. Este monstruo que devora la vida de inocentes, no conoce saciedad como no conoce techo la codicia de sus amos. Colombia necesita matar este monstruo, requiere eliminar el derecho a apropiarse privadamente de los recursos de la salud.

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