Excluidos en un problema colectivo

Excluidos en un problema colectivo 1

Nos envían la siguiente denuncia. Agradecemos el aporte de los compañeros e invitamos a que sigan enviando sus contribuciones que sirven en la concientización de que este sistema capitalista necesita ser destruido con urgencia.


El pasado 7 de febrero del presente año (2023) la comunidad universitaria de la Universidad del Valle se estremeció en horas de la tarde al enterarse del suicidio de una compañera del programa de administración turística en el edificio de artes de integradas de la sede Meléndez; la compañera cometió dicho acto en compañía de un amigo cercano que también intentó suicidarse junto a ella, lamentablemente solo él sobrevivió.

“Hasta ahora los hombres han formado ideas falsas acerca de sí mismos, de lo que son o debieran ser… Los frutos de su cabeza acaban por imponerse a la misma”. (Marx y Engels, 1846, p. 121)

Sabemos poco del suicidio de la compañera, y del intento de suicidio del compañero que estaba con ella, sería lógico que la universidad no solo diera un comunicado de condolencias, sino que también informara las posibles causas de este desafortunado hecho para que empezáramos a trabajar en dichos problemas, alertar a nuestra comunidad universitaria para que nos cuidemos más de estos factores que llevan al suicidio, esto permitiría a la comunidad universitaria construir una salida a mediano plazo eficaz al problema en cuestión. Cabe preguntarnos ¿Por qué no han salido a la luz pública estas posibles causas? ¿A la administración de la Universidad del Valle y al gobierno de turno por qué no le interesa la salud mental de los estudiantes y trabajadores?

El capitalismo como sistema socioeconómico que encierra a la sociedad en el miedo, el caos, la desesperanza y el abandono ocasiona un trauma colectivo, trauma que no le interesa resolver porque su fin es el cuidado e incremento del capital.

La situación de desesperanza en individuos que no encuentran empleo, que tienen deudas estudiantiles y que no tienen garantizada la salud, le es funcional al capitalismo porque las aliena de una conquista colectiva que garantice la satisfacción de sus necesidades; estas personas empobrecidas y desesperadas se verán agradecidas con lo poco que puede brindarles el sistema que es: un salario mínimo sin seguridad ni prestaciones, con una extensa jornada laboral, alejados de su familia, aceptando abusos del patrón a cambio de seguir en el trabajo, entre otras cosas.

La atención psicológica y psiquiátrica que brinda el capital no ataca de manera directa esta crisis, ya que si bien estudia el contexto de la persona afectada se limita a tratar dicho problema como si fuese algo individual, a la vez permitiendo que la industria farmacéutica se lucre con dichas crisis. Entendemos que esto solo aísla al individuo de la realidad objetiva que le ocasiona tal desespero, ocasionando en muchos casos la pérdida de la humanidad sobre sí mismos y sobre los demás.

Por ejemplo en EEUU en los Estados de California y Filadelfia es notable que multitudes de personas sean ya percibidas como “zombies” debido a la venta de fármacos opioides, que hace que estas personas pierden noción del mundo y caminan como zombies, esta droga es cada vez más recetada en estos Estados porque el monopolio de las farmacéuticas junto al sistema de salud han declarado que sus efectos no son nocivos, en efecto les sale más rentable volver adictos a sus trabajadores, causando efectos perturbadores. Prioriza el dinero y no la salud de la sociedad.

Miles de personas toman la difícil decisión de acabar con su vida debido a la opresión y marginalización que recae en nuestra clase, no todo es por la estructura del capitalismo, ya que hay causas biológicas y químicas que determinan la salud mental de las personas, pero es un hecho que existe el desinterés y abandono represivo en una sociedad donde prioriza el dinero sobre cualquier relación social.

La alienación consumista que presiona y a la vez no permite cumplir con los estándares que impone la meritocracia ocasiona problemas de sobreexplotación al mismo individuo, se es verdugo y víctima por presión del capital, como hecho objetivo social es la falta de una vida donde se satisfagan las necesidades colectivas e individuales la que acarrea estas acciones de consumo, violencia y suicidio.

Los mundos de los oprimidos deben tener conciencia de su realidad objetiva, pero este conocimiento no vendrá del mismo capital, ya que no permite que los sujetos logren develar su situación y todo su potencial revolucionario para cambiar la sociedad. Ahogar a la masa oprimida en un mar de desigualdad y moralismos inútiles son características de la clase dominante; todas las dolencias o sufrimientos están justificados con sesgos como: “es tu culpa por ser tan incompetente”, “el enfermo eres tú y tu cerebro, así que resuélvelo tú solo” entre otros. Solo la misma clase oprimida podrá labrar su liberación.

El oportunismo coach que promueve y engaña a gran parte de la población con cursos de proyectos de vida que aseguran le harán más felices o ricos, empeora la vida de las personas que caen en dicho engaño, la solución a la deshumanización ocasionada por el capital está lejos de venir del mismo capital.

[…] cuando el oprimido se rebela legítimamente contra el opresor, en quien identifica la opresión, se le califica de violento, bárbaro, inhumano, frío. Es que entre los incontables derechos que se adjudica para sí la conciencia dominadora incluye el de definir la violencia, caracterizarla, localizarla (Freire, 1973, pp. 41-42).

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