Enfrentar la violencia y brutalidad del ESMAD

Enfrentar la violencia y brutalidad del ESMAD 1

Una avenida bloqueada. Contenedores con fuego en su interior mientras se queman ramas y bolsas de basura que generan humo espeso, humo que contrarresta el gas lacrimógeno y le dificulta al enemigo ver los movimientos del pueblo rebelde. El piso húmedo por los chorros de agua podrida que escupen con sevicia las tanquetas policiales. Encapuchados, de lado y lado, oficiales e insurrectos, que intercambian miradas de odio. Un olor a gas, denso y pesado como un yugo del que cientos de proletarios y oprimidos en las calles luchan por quitarse de encima. Rocas van, perdigones vienen. Una bomba molotov hace dispersar la fila de la escuadra policial. Arremete la reacción. “¡No den la espalda!”, grita una voz ronca que se encuentra en ese doloroso tránsito hacia la adultez. Algunos salen a corren. Otros, resisten la brutal embestida con sus escudos improvisados y contraatacan al grito de “uno, dos, tres” llueven piedras y una que otra incendiaria que hace detener a los perros rabiosos del Estado. Y así, pasan los minutos y horas en alguna calle de Colombia en la que los jóvenes provenientes de familias obreras, principalmente, se les plantan combativamente a las fuerzas asesinas del ESMAD.

Hoy, 24 de febrero de 2023, con el puño en alto rechazamos la violencia policial del Escuadrón Móvil Anti Disturbios -ESMAD-, una fuerza reaccionaria creada bajo el gobierno conservador de Andrés Pastrana Arango en el año de 1999. Ya son 24 años de operación de ese cuerpo policial antidisturbios que la burguesía y los terratenientes del país ordenaron crear para combatir el llamado “enemigo interno”, en el que los ciudadanos o el pueblo que se levanta en las calles para protestar o exigir sus derechos en las calles son vistos como parte de la lucha contrainsurgente, al final, como terroristas que merecen recibir todo el peso de la reacción por atreverse a exigir sus derechos y libertades a las clases dominantes mediante la lucha directa.

El ESMAD es una fuerza letal, en oposición a lo que dice la letra muerta de la ley o directiva con la que fue creado. Letal, porque gracias a su accionar han sido asesinadas decenas de personas en diferentes partes del país, muchas veces con material de guerra artesanal como las tristemente famosas “recalzadas”, que son cartuchos vacíos de los gases lacrimógenos que rellenan con perdigones, canicas y balines, y que son lanzados por el ESMAD directamente a la humanidad de los manifestantes. Una fuerza que abusa sexualmente de las compañeras dentro de las tanquetas y de los CAI, que las viola, que las ultraja, las manosea contra la voluntad y las empuja al suicidio. El ESMAD es despreciable, porque usa la fuerza desproporcionada contra los pensionados, los recicladores, las mujeres, los niños, los jóvenes, campesinos, indígenas y obreros. Una fuerza que le saca los ojos a los manifestantes por ejercer su derecho a la protesta. No importa el grupo o sector del pueblo que se levante. Si la orden de las clases dominantes es desbloquear, desocupar, despejar…así lo deben hacer a cualquier costo.

Hoy es un día para recordar en las calles a los asesinados por esa fuerza estatal. A los mutilados, a las violadas, a los golpeados y detenidos. Para recordarle al gobierno reformista de Petro-Francia, que le prometieron a los jóvenes del Paro del 2021 que iban a desmontar al ESMAD, no a maquillarlo, no a cambiarle el nombre ni el uniforme apenas. Un día para exigirle al Estado burgués-terrateniente que desmonte esa fuerza policial. Pero también, para combatirlo directamente en las calles, confrontándolo, cara a cara, cuerpo a cuerpo. Son años de aprendizaje en la lucha que se deben poner en práctica, aún ahora que el gobierno reformista no lo ha desmontado como lo prometió y que por el contrario lo sigue enviando a reprimir las justas protestas de las masas y que sigue sacando ojos a los luchadores populares.

¡Que arda el fuego de la lucha directa! Es necesario cualificar la lucha, sintetizar las experiencias, estudiar las que ya están hechas y poner en práctica combativa el aprendizaje adquirido en 24 años de lucha en las calles. Ningún gobierno, ningún régimen, ninguna fuerza reaccionaria callará la voz de la lucha popular. ¡Adelante con la preparación de los Grupos de Choque y las Guardias y Milicias Populares! ¡A combatir el Estado de los ricos con más energía! Por nuestros muertos y desaparecidos, ¡ni un minuto de silencio, toda una vida de combate! ¡Nos vemos en las calles!

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