El progresismo le incumple al pueblo: en los hechos el ESMAD no se va a desmontar

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En el Programa de Gobierno de Petro y Márquez en la página 45, figura estampada así la promesa que hicieron los progresistas sobre el desmonte del ESMAD, el cuerpo armado de la policía encargada de reprimir las manifestaciones populares: Una Policía Civil para la vida y la seguridad humana. […] Nuestra prioridad será […] el desmonte del ESMAD y el tránsito a una fuerza orientada a la solución pacífica e inteligente de conflictos. Sin embargo, la política burguesa en campaña electoral consiste en aprovecharse de la efervescencia de la lucha de las masas, hacer promesas e ilusionar al pueblo y finalmente, cuando ya los otrora candidatos se encuentran en el poder como presidentes, incumplen o cumplen parcialmente que es lo mismo.

Eso pasa con el presidente Petro en Colombia. Basta un pequeño “recorderis” para contextualizar al lector. En medio de los levantamientos populares de 2019, 2020 y sobre todo en el Paro Nacional o estallido popular del 2021, Petro y sus escuderos, como Gustavo Bolívar, Wilson Arias e Iván Cepeda prometieron o manifestaron su interés en desmontar el ESMAD por medio de Twitter por ejemplo. Petro comparó con mafiosos a aquellos que se oponen al desmonte del ESMAD; Bolívar escribió que a partir del 8 de agosto que pasó, un día después de la posesión de Petro, empezaba el desmonte del ESMAD; Cepeda se quejó de que en el Senado se archivó el proyecto de ley para desmontar el ESMAD; y Arias, en medio del Paro del 2021, dijo que no bastaba con cambiar el color del uniforme del ESMAD, sino, que el único camino era desmontarlo. (Ver pantallazos de trinos).

Sin embargo, ya el nuevo gobierno reformista, anunció que lo que va a hacer es crear una Unidad de Diálogo y Acompañamiento, que el ESMAD se transforma y que ahora los uniformes, tanquetas y demás indumentaria de represión, van a tener otros colores. Ese es el “gran cambio” que hoy ofrece el Pacto Histórico en el poder, un “cambio” para que nada cambie o “lo mismo de antes” como se dice popularmente.

Hasta el momento lo que queda claro es que el Pacto Histórico usó el movimiento de masas, el estallido popular para engañar a los jóvenes luchadores y encarrilarlos en su propósito politiquero, haciendo falsas promesas que hoy se resisten a cumplir.

Aunque probablemente existan en ese Pacto, individuos que sinceramente deseen desmontar el ESMAD, es innegable que se van a encontrar con la resistencia no sólo de sectores políticos cavernarios que se oponen a tal medida, sino, a los capitalistas y terratenientes mismos que no están de acuerdo con desmontar un cuerpo policial que se encarga de chocar con el pueblo, de provocarlo, de fabricar desmanes, de asesinar, mutilar luchadores y violar compañeras… todo con el propósito de mantener su reino capitalista de opresión y superexplotación intacto. Ese cuerpo asesino, es el encargado de reprimir las diferentes formas de lucha, pacíficas y violentas, con que el pueblo manifiesta su descontento y exige al Estado y a los capitalistas diferentes reivindicaciones en las calles del país.

Si bien, la exigencia popular que levantan diferentes colectivos y organizaciones de desmontar el ESMAD es una reivindicación reformista que en nada hará cambiar el estado de miseria en que se encuentran las masas, o que ni siquiera garantiza la libertad política del pueblo a manifestarse y exigirle a los gobernantes del Estado burgués-terrateniente; es una reivindicación justa, porque expresa el rechazo a una parte de la Policía Nacional que se encuentra descompuesta, plagada de agentes que violan los derechos del pueblo cuando se uniforman con la protección que les brinda pertenecer al ESMAD, en el que muchos de sus integrantes han cometido crímenes horrorosos contra las masas desarmadas.

Es en las calles, por medio de la lucha directa donde las masas conquistan y defienden sus derechos. Es allí, no en el establo parlamentario, derrotando con la movilización de las masas a estos escuadrones asesinos, lo que obligará a cualquier gobierno, sea de derecha o de falsa izquierda, a desmantelar completamente el ESMAD, aún sabiendo que van a crear otros aparatos para reprimir la protesta del pueblo, pues lo otro -que sería más reaccionario aún que el mismo ESMAD- es que el Estado envíe al Ejército Nacional o a agentes con armas de fuego a reprimir las manifestaciones, como sucedió por ejemplo, en la Masacre de las bananeras o en la de los obreros cementeros de Santa Bárbara, sólo por mencionar dos luctuosos ejemplos.

El centro de gravedad para enfrentar este problema, debe estar en la conformación de Grupos de Choque entre las masas, de fortalecer las Primeras Líneas que han sido burladas por el gobierno de Petro y Márquez, de avanzar en la organización de Milicias Populares que repelen los ataques de las fuerzas armadas reaccionarias y sean embriones de ese Ejército Popular Revolucionario que también se necesita crear junto al Partido del proletariado y el Frente para hacer avanzar la revolución socialista en Colombia.

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