LAS PALABRAS QUE NO PUDE DECIRTE

Jonathan:

Gracias por tu apoyo y por la confianza que me depositaste como amigo. Fuiste un gran compañero y pilar en los momentos más difíciles; de una sencillez poco común pero una de una gran visión política.

Fuiste una pequeña hormiga anónima que siempre dio lo mejor de sí, con esmero por su clase y sin esperar nada a cambio. Un proletario de origen agrario.

Lamento no haber aprovechado tus invitaciones a recorrer los ríos y caminos de esa tierra fértil y productiva de la cual eras oriundo, la bella altillanura del Cumaral Meta, la cual solo pude conocer al momento del despojo fúnebre de tu cuerpo.

También tarde conocí a tu familia y pude entender la raíz profunda de tu humildad, sencillez y rebeldía innata.

Gracias por el soporte como compañero de trabajo que fuiste, pues en la fábrica donde nos conocimos eras un ejemplo de tesón. Un obrero disciplinado en el trabajo, pero fiero e irreverente con los capitalistas y con la pequeña burguesía arribista.

Responsable y empeñoso con las labores productivas, y a la vez, un crítico de las injusticias laborales y un firme defensor de la lucha por los derechos del proletariado contra el sistema capitalista. Valoro mucho tus recomendaciones frente actuar tácticamente y luchar con inteligencia ante la burguesía, sabiendo mostrarse a veces como un tonto y apacible para responder ante su hipocresía y no dejarse engañar ni provocar.

Gracias por la camaradería como revolucionario, pues fuiste un comunista de trabajo sacrificado, aun sorteando las dificultades económicas y de salud que padecías.

Un distribuidor entusiasta del Periódico Revolución Obrera; para mí: ¡EL MEJOR QUE HE CONOCIDO EN LAS CONCENTRACIONES DE LAS MASAS!

Lástima que antes de irte, no me enseñaste el “truco” para distribuirlo masivamente entre el proletariado con tanta efectividad.

Solo noté que una parte estaba, en ser pausado y claro en los argumentos, y a la misma vez convencer sobre la importancia de que el periodo se financiará por sí mismo. Por eso eras firme en recaudar los 1000 pesos por cada ejemplar entregado para garantizar la salida del próximo número del Semanario.

Jonathan: Lamento amargamente tu pronta partida, cuando apenas empezabas a transitar el camino de la formación consciente en un Circulo de Estudio y Trabajo Revolucionario.

Me duele haberme confiado del sistema de salud contra el cual luchamos. Me comprometo a continuar con la educación revolucionaria de otros proletarios que actualmente padecen las mismas condiciones de miseria que viviste y a luchar para que no sigan muriendo impunemente miles de trabajadores por enfermedades curables.

Vamos a persistir en la vinculación a las masas para acercar la construcción del Partido del proletariado, y así, dar un paso decisivo hacia la destrucción del sistema capitalista.

D.

Tomado de: Revolucion obrera No. 438
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