De niña quería ser niño

De niña quería ser niño 1

Heidy vivía con sus padres y hermanas en una casa muy bella, era un barrio amable y tranquilo; cuando veían por la ventana se podía admirar un lindo paisaje de árboles y prados verdes, sus padres en especial su padre era un ser maravilloso con sus hijas, el único detalle es que al llegar el fin de semana en especial los sábados en las noches, este maravilloso ser se transformaba en ogro, esto hacia que la familia le temiera y un día su estado de ogro hizo que de pronto no volviera más.

Todos estaban desconcertados con la desaparición de este gran hombre y preocupados por la suerte que podían correr sus hijas y su bella esposa, quien no trabajaba porque según las “reglas de la sociedad” debía estar en casa cuidando a sus hijas mientras su esposo les procuraba comida y techo. Ahora estaba sola, tenía que conseguir trabajo y salir a la calle a ganarse la vida. Un día cuando ya no hubo más que comer, ni dinero con que pagar las deudas, la bella y humilde mujer logró conseguir un trabajo, allí se encontró con otras mujeres que tenían similares condiciones y se pasaba la vida así, durante todo el día trabajando para poder ganar el mínimo y sostener a sus 4 hijas.

Mientras tanto las cuatro niñas eran cuidadas por su abuela, una mujer grande de corazón ¡literalmente grande! porque después de unos años murió de este mal. Esta mujer cuidaba a muerte a las niñas, solo había un pequeño detalle la abuela tenía un esposo que sufría del mismo mal que el padre de las niñas, y con los años se había hecho más fuerte y el ogro que vivía en él lo consumía hasta el punto de lastimar a sus seres queridos.

Cuando la abuela no estaba en casa por el mal que la aquejaba no había quien se hiciera cargo de las cuatro pequeñas, esto hizo que entre ellas sin saberlo hicieran un pacto en el cual jurarían protegerse.

La vida para Heidy no era fácil ya que se tomó esta labor enserio, al punto que copiaba algunas actitudes de aquellos ogros y aunque hacían travesuras juntas, en ocasiones maltrató a sus hermanas, lo que ocasionó el rechazo de ellas hacía Heidy.

Heidy era diferente porque de un momento a otro empezó a tener un deseo que creía que solo tenía ella, su deseo era ser niño, porque para ella, la vida de los niños era muy buena. De repente salía a jugar con ellos; canicas, trompo, huequito, sin tener que pensar en las “obligaciones de niñas” ¡Ay no, que pereza!

Cuando vivía esta fantasía, a lo lejos escuchaba la voz de su madre llamándola para cumplir aquellas “obligaciones de niña” que no quería hacer, porque realmente se sentía cómoda comportándose como un niño, al que le permiten jugar y hacer lo que sea sin ser juzgado, a diferencia de las niñas a quienes se les prohíbe hacer lo que quieran, según los estereotipos establecidos por la sociedad. Es por eso, que Heydi recibía todas las críticas de las señoras del barrio, pero a ella nunca le importó.

Las niñas fueron creciendo y las necesidades fueron cambiando, la madre conoció otro hombre con el cual tuvo dos hermosos hijos, solo que la nueva familia que se formaba no sabía que ese generoso hombre que había llegado a sus vidas también las dejaría.

Así fue que la hermana mayor de Heidy tomó el mando para apoyar a su madre y lograr que sus hermanos que ahora eran cinco lograran cumplir su deseo de finalizar sus estudios básicos.

Heidy a medida que iba haciéndose grande escondía más su deseo de ser niño, ya no era bien visto para los chicos que una niña quisiera ser niño. Luego de un tiempo parecía que la idea se le había olvidado, la vida transcurría dentro de lo normal, se aguantaban necesidades, pero siempre logrando sobrevivir.

Un día todo cambió, a la vida de Heidy llegó algo maravilloso, eran ideas que lograban explicar muchas cosas que antes no podía entender. Ahora los intereses de ayudar y compartir estas ideas a personas como ella eran todo lo que quería.

Eran las ideas revolucionarias, las cuales la hermana mayor había llevado a sus vidas, haciendo que todo cambiara y que ya no fuera la misma.

Esa idea de Heidy, ese sentimiento de querer sentirse diferente logró encontrar explicación, no era otra cosa que un cambio radical para la existencia, no era un deseo de querer ser niño -aunque entendió que si así lo hubiera decidido nadie tenía porqué impedírselo-, era la idea de querer ser diferente, de saber que miles de niños y niñas, hombres y mujeres viven iguales o peores condiciones de pobreza, de desigualdad, de falta de oportunidades y que simplemente, su deseo era aportar al cambio, no conformarse, no callarse, desafiar el orden social que existe, cumplir sus deseos como cualquiera debiera hacerlo y para ello entendió que no importaba si era niña o niño, lo que importaba era unirse con su pueblo para luchar por esa sociedad diferente con la que hoy muchos sueñan.

Finalmente, comprendió que su deseo de ser diferente empezaba a tener forma al encontrar a sus hermanos de clase, su deseo de ser diferente no era otro que el de querer ser comunista.

Una militante

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