STALIN JEFE Y MAESTRO DEL PROLETARIADO MUNDIAL

—En el 140 aniversario de su nacimiento—

STALIN JEFE Y MAESTRO DEL PROLETARIADO MUNDIAL 1
En la ciudad de Gori de la antigua Rusia zarista, un 18 de diciembre de 1878 nació José Stalin, quien más tarde, al lado de Lenin máximo jefe del Partido Comunista (bolchevique) y de la Revolución de Octubre en Rusia, fue un destacadísimo jefe bolchevique cuya vida dedicada por entero a la lucha revolucionaria para conquistar e instaurar la Dictadura del Proletariado en la URSS, lo encumbró como jefe y maestro del proletariado mundial.

De ahí que en la Propuesta de Formulación de una Línea General para la Unidad del Movimiento Comunista Internacional, presentada por la Unión Obrera Comunista (mlm) se haya insertado una alusión que reza:

STALIN JEFE DE LA REVOLUCIÓN PROLETARIA Y MAESTRO DEL PROLETARIADO MUNDIAL

En contra del renovado odio contra el camarada Stalin, los marxistas leninistas maoístas reafirman el juicio hecho por el Partido Comunista de China en 1963: «como primer punto defendemos a Stalin y como segundo, criticamos sus errores».

Stalin fue un gran marxista-leninista, un experimentado revolucionario proletario y un luchador implacable contra el oportunismo; por eso es profundamente estimado por los obreros y comunistas del mundo y odiado a muerte por los reaccionarios, la burguesía imperialista y todos los oportunistas. Dirigente del Partido bolchevique y de la Revolución Socialista de Octubre, guio la industrialización y colectivización agrícola en la URSS y fue jefe del Ejército Rojo vencedor del fascismo y el nazismo en la Segunda Guerra Mundial imperialista.

Contra el camarada Stalin resurgió un ataque oportunista en las propias filas maoístas, adjudicándole errores en toda la línea, un ataque que reniega solapadamente del histórico balance hecho por el Presidente Mao, el Partido Comunista de China y los Marxistas Leninistas, contra la alevosía de los revisionistas jrushchovistas, aliados al trotskismo internacional. Este ataque refuerza la propaganda negra burguesa contra la revolución proletaria, contra el socialismo y la Internacional. Mao sostuvo que existen dos espadas: una es Lenin y la otra Stalin; y cuando se abandona la espada de Stalin, el leninismo ha sido prácticamente abandonado; y efectivamente, quienes en el MRI abandonaron y renegaron del Marxismo Leninismo Maoísmo, del proletariado y de su experiencia histórica en la Dictadura del Proletariado, en la Construcción del Socialismo… son efectivamente los mismos que hoy abandonan la espada de Stalin.


Sirva la recordación de José Stalin en este 140 aniversario de su natalicio, para destacar una de sus innumerables enseñanzas, que en las propias filas de los comunistas, algunos camaradas marxistas leninistas maoístas, olvidan, eluden y silencian: LA POSICIÓN DE STALIN SOBRE EL CULTO A SU PERSONALIDAD.

Los siguientes pasajes corresponden a una selección publicada en un perfil de Facebook1 bajo el título STALIN, SOBRE STALIN:

1 De Marcelo Rubens Balboa.

– Junio de 1926: «Debo decir sinceramente, camaradas, que no me merezco ni la mitad de las cosas lisonjeras que se han dicho aquí de mí. Soy, al parecer, un héroe de la Revolución de Octubre, el líder del Partido Comunista Soviético, el líder del Comunismo Internacional, un caballero-guerrero legendario y todo lo demás. Esto es absurdo, camaradas, y la exageración completamente innecesaria. Este es el tipo de cosas que por lo general se dicen en el funeral de un revolucionario difunto. Pero no tengo ninguna intención de morirme todavía. En realidad yo era, y continúo siendo, uno de los aprendices de obreros especializados de los talleres de ferrocarril de Tiflis.» (J. V. Stalin; Obras, Volumen 8; Moscú, 1954; p.182)

– Octubre de 1927: «¿Y quién es Stalin? Stalin es solo una figura menor.» (J. V. Stalin: Obras, Volumen 10; Moscú 1954; pg.177)

– Diciembre de 1929: «Vuestras felicitaciones y saludos únicamente los merece el gran Partido de la clase obrera que me dio luz y me crió a su propia imagen y semejanza. Y solamente porque lo merece nuestro glorioso Partido Leninista, me atrevo a daros mi agradecimiento como bolchevique.» (J. V. Stalin: Obras, Volumen 12, Moscú 1955, pg. 146)

– Abril de 1930: «Hay quienes piensan que el artículo ‘El Vértigo del Éxito’ fue resultado de la iniciativa personal de Stalin. Esto, desde luego, es absurdo. No es de recibo que la iniciativa personal en un asunto como éste sea tomada por una persona sola, quién quiera que sea, puesto que tenemos un Comité Central.» (J. V. Stalin: Ibíd., pg.218)

– Agosto de 1930: «Me habláis de vuestra ‘devoción’ hacia mí… Os aconsejaría que desecharais ese ‘principio’ de la devoción hacia las personas. Ese no es el camino bolchevique. Sed únicamente devotos de la clase obrera, de su Partido, de su estado. Esta es una cosa buena y útil. Pero no lo confundáis con la devoción hacia las personas, esa fruslería vana e inútil propia de intelectuales de escasa voluntad.» (J. V. Stalin: Obras, Volumen 13, Moscú 1955, pg. 20)

– Diciembre de 1931: «En cuanto a mí, soy solamente un discípulo de Lenin, y el objetivo de mi vida es ser un discípulo digno de él. …El marxismo no niega por completo el papel desempeñado por individuos excepcionales o que la historia esté hecha por las personas. Pero… las grandes personas sólo pueden hacer cosas valiosas en la medida en que son capaces de entender correctamente las condiciones reales, de entender cómo cambiarlas. Si no logran entender estas condiciones y pretenden cambiarlas según los impulsos de su imaginación, se encontrarán en la situación de Don Quijote. Las personas individuales no pueden decidir. Las decisiones de los individuos son siempre, o casi siempre, decisiones unilaterales… En toda colectividad hay personas con cuya opinión debe contarse… A partir de la experiencia de tres revoluciones, sabemos que de cada 100 decisiones tomadas por personas individuales sin ser puestas a prueba y corregidas colectivamente, aproximadamente 90 son unilaterales. Nunca, bajo ninguna circunstancia, nuestros trabajadores podrán tolerar que el poder se concentre en el poder en las manos de una persona. Con nosotros, los personajes de mayor autoridad se reducen a la inexistencia, se convierten en meras cifras, en cuanto las masas de trabajadores pierden la confianza en ellos.» (J. V. Stalin: Ibíd., pg. 107-108,109, 113)

– Febrero de 1933: «He recibido su carta donde me concede su segunda Orden como recompensa por mi trabajo. Le agradezco mucho sus cálidas palabras y su regalo de camaradería. Sé de lo que usted se está privando para hacerme este favor y aprecio sus sentimientos. Sin embargo, no puedo aceptar su segunda Orden. No puedo y no debo aceptarla, no sólo porque únicamente puede pertenecerle a usted, pues usted solo se la ha ganado, sino también porque yo ya he sido ampliamente recompensado por el aprecio y el respeto de mis compañeros y, por consiguiente, no tengo ningún derecho a robarle a usted. Las Órdenes fueron instituidas no para los que ya son conocidos, sino principalmente para la gente heroica que es poco conocida y que merece darse a conocer a todos. Además, debo decirle que ya tengo dos Órdenes. Esto es más de lo que uno necesita, se lo aseguro.» (J. V. Stalin, Ibíd., pg.241)

– Mayo de 1933: Robins a Stalin: «Considero un honor tener la oportunidad de hacerle una visita.» Stalin a Robins: «No hay nada de particular en eso. Usted exagera.» Robins a Stalin: «Lo que me parece más interesante es que en todas partes de Rusia he encontrado los nombres Lenin-Stalin, Lenin-Stalin, Lenin-Stalin, siempre juntos.» Stalin a Robins: «Eso también es una exageración, ¿cómo se me puede comparar con Lenin?» (J. V. Stalin: Ibíd., pg. 267)

– Febrero de 1938: «Estoy absolutamente en contra de la publicación de las Historias de la Niñez de Stalin. El libro abunda en una masa de inexactitudes de hecho, de alteraciones, de exageraciones y alabanzas inmerecidas. Pero… lo más importante reside en el hecho de que el libro muestra una tendencia a grabar en las mentes de los niños soviéticos (y de la gente en general) el culto a la personalidad de los líderes, de los héroes infalibles. Esto es peligroso y perjudicial. La teoría de los héroes y la ‘multitud’ no es bolchevique, sino social-revolucionaria. Sugiero que quememos ese libro.» (J. V. Stalin: Ibíd., pg.327)

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