En Siria solo hay una opción: enfrentar la guerra reaccionaria con la Guerra Popular

En Siria solo hay una opción: enfrentar la guerra reaccionaria con la Guerra Popular 1

Cerca de seis largos años han transcurrido desde marzo de 2011; para aquel entonces, los ánimos de revolución literalmente corrieron por todo el territorio hasta llegar a Damasco y volcarse por las calles apiñadas de seres humanos que se transformaban con solo respirar los frescos aires de la llamada Primavera Árabe. Tumbar otra dictadura era perfectamente posible, solo había que disponerse para hacer parte de ese mar humano que con la fuerza poderosa de la unidad de voluntad venía destruyendo tronos que hasta hacia poco se veían intocables. El pueblo sirio se levantó vigoroso y desafiante cual fuerza demoledora dispuesta a darlo todo con tal de dejarles a sus hijos un país con un dictador menos; y con ello, hacer un buen aporte a la lucha por la necesaria revolución. Tumbar a Bachar Al-Asad era el gran clamor de esa inmensa muchedumbre, y todo apuntaba a que sería cuestión de horas, quizá días para que despavorido, este dictadorzuelo depusiera su heredado trono.

Los primeros días fueron transcurriendo según lo previsible, el gobierno estaba surcado por todos los flancos y el poder de las masas parecía invencible, Al Asad sintió palidecer ante la posibilidad de perder el gran poder que su padre le había dejado a buen recaudo hacia 11 años, luego de haber fallecido tras casi 30 años de apego al poder. Sin embargo una tabla de salvación se extendió con fuerza y contundencia desde el antiguo país de los soviets. Los imperialistas rusos, con el reaccionario y asesino Vladimir Putin a la cabeza le dieron un espaldarazo al gobierno Sirio y dispusieron de todo su arsenal bélico para darle poderes a Al Asad para que por medio de la violencia asesina contuviera a la población, matando en masa si fuera necesario. Las descargas de fusil, los bombardeos indiscriminados, la persecución y asesinato no se hicieron esperar. De inmediato fuerzas de oposición al régimen se alistaron para enfrentarse al gobierno, y las garras asesinas de los imperialistas yanquis encabezaron la intervención militar para repeler la ayuda rusa. Unos y otros, dos poderes imperialistas se apertrecharon y alinearon a sus bastiones de países aliados para medir fuerzas en territorio sirio; franceses, ingleses, turcos, israelíes, árabes, alemanes, españoles y otros tantos países filaron del lado de los yanquis; mientras chinos, iraníes y países aliados de Putin alistaron sus fuerzas para respaldar a los rusos.

Las fuerzas fundamentalistas encabezadas por el reaccionario Estado Islámico viraron su accionar militar hacia territorio sirio, igual papel cumplieron los del llamado Frente Nusra, Antiguo grupo de Al Qaeda, quienes recibieron todo el apoyo y asesoría de los gringos y sus socios para que extendieran la guerra en todo el territorio hasta que fuera depuesto Bachar Al Asad y puesto en su lugar un gobierno prooccidental; la incursión de estos ejércitos fue de tal magnitud que han opacado al resto de organizaciones rebeldes que se alzaron en armas contra el gobierno; según la BBC puede haber cerca de mil grupos en la actualidad, y las fuerzas con alguna idea progresista o revolucionaria que tomaron las armas fueron totalmente opacadas por el poderío bélico de los actores reaccionarios, quienes encabezados por los dos bloques imperialistas, convirtieron a Siria en una fosa común, que en estos casi 6 años ha cobrado la vida de más de 400 mil personas, 4,8 millones de desplazados que deambulan por países vecinos viviendo otra tragedia, 6,5 millones de desplazados dentro del mismo territorio, y ciudades completamente destruidas, etc.

Desde 2016, los imperialistas se volcaron con falsas banderas de paz sobre territorio sirio para convertirlo en un campo de batalla para disputarse el poder económico, político y militar de este país. Y así, lo que había iniciado como un levantamiento revolucionario de masas en contra de una dictadura, se convirtió en una guerra reaccionaria de rapiña imperialista. Las masas pasaron de ser protagonistas de una lucha por mejores condiciones, a víctimas de una disputa entre bandidos. Los imperialistas, unos y otros, y el gobierno de Asad, están untados de sangre obrera y campesina, y son ellos los responsables de la carnicería que hoy se perpetra en este país.

Un round que gana por ahora el imperialismo ruso

Los yanquis y sus aliados, desesperados por arrebatarle a los rusos el dominio sobre Siria, no dudaron en armar, financiar y asesorar a todo el que estuviera dispuesto a alzarse en contra del gobierno sirio; y esa ansia desenfrenada de extender su poderío, los llevó a hacer causa común con grupos tan asesinos y de ideología tan reaccionaria como el Estado Islámico, una alianza que nunca aceptaron ni aceptarán públicamente, pero que es sin duda una secreto que todo el mundo sabe. Los gringos se coludieron, como siempre lo han hecho, con quien fuera, con tal de golpear a sus contradictores. Una alianza que en política internacional no sólo le mereció el repudio, sino que le dio fuerzas y justificación al imperialismo ruso para desplegar su mortífero arsenal y realizar un contraataque en acuerdo con fuerzas armadas del gobierno sirio y turco, quienes literalmente arrasaron con gran parte de Alepo. Las acciones de Turquía y Rusia, hacen parte de una campaña militar llamada “Escudo de Éufrates”, que vienen desarrollando desde agosto de 2016, y que se constituye en un ataque sistemático contra las organizaciones que se oponen al gobierno central encabezado por Asad.

Los bombardeos concentrados a finales de diciembre de 2016 sobre la ciudad de Alepo, son parte del contraataque militar acordado entre Rusia, Turquía, Irán y el gobierno de Bachar Al-Asad para recuperar esa, la segunda ciudad en importancia de Siria, y que hasta esa fecha estaba en gran parte, bajo control de fuerzas opositoras al gobierno, entre ellas, el Estado Islámico – ISIS. La respuesta de ISIS no se hizo esperar; el reciente atentado que dejó al menos 39 muertos en Estambul el pasado 1 de enero, es una reacción del Estado Islámico a las acciones militares que Turquía viene desarrollando en la ciudad de Al Bab región norte de Siria, acciones que son parte del acuerdo turco-ruso para apoyar al gobierno de Bachar Al-Asad. Como respuesta inmediata de la fuerza aérea turca en conjunto con Rusia, sus aviones bombardearon el 2 de enero una región cercana a la ciudad de Alepo, donde dicen que se pertrechan fuerzas de ISIS, y de lo cual fueron dadas de baja al menos 22 personas, supuestamente miembros del Estado Islámico.

Sobre los muertos, se clava la bandera de la paz

Ante la mirada absorta del mundo, los imperialistas han asesinado a miles de personas, Putin ha refrendado temporalmente su control hegemónico sobre Siria, y luego de la carnicería y destrucción de gran parte del país, descaradamente han clavado la bandera de la paz con nombre de Cese al fuego. Un cese que es la máscara perfecta para encubrir ante el mundo su responsabilidad en la tragedia que hoy vive la mayoría de la población. Putin se cree con el poder omnímodo de decidir cuándo se hace guerra y cuándo se hace “paz”, como al peor estilo de los zares, este gendarme imperialista ha ordenado que se decrete un cese de hostilidades, pero al mismo tiempo, se siguen bombardeando en distintas zonas del país, incluso los contendientes se acusan mutuamente por la responsabilidad en la destrucción de la principal reserva hídrica que abastece de agua potable a Damasco, acción perpetrada el 24 de diciembre y que ha acrecentado la desgracia del pueblo sirio, quienes además de sufrir un diario racionamiento de luz, ahora deben sufrir por conseguir el agua, que a duras penas pueden utilizar para medio comer.

Hoy, el cese del fuego que pregonan los imperialistas en Siria, es solo una cortina de humo, pues yanquis y rusos no han parado las acciones militares a través de sus ejércitos aliados, y es bien sabido que cuando los imperialistas hablan de paz, es solo el preludio de nuevas guerras de rapiña.

El pueblo sirio vive una amarga tragedia, huérfanos, viudas, mutilados, perseguidos, abandonados a su suerte deambulando por otras tierras, mientras su país es destruido por fuerzas extrañas. Los horrores de un mundo basado en la explotación y opresión imperialistas, se han concentrado de una manera inimaginable en nuestros hermanos sirios; los han victimizado de una manera abierta, brutal y descarada, mientras todos se lavan sus manos untadas de sangre siria. Como si fuera un castigo contra la población por haberse atrevido a denunciar a un dictador, todos los reaccionarios, nacionales y extranjeros se han ensañado contra el pueblo. Y el pueblo sirio necesita la ayuda de todo el resto del mundo, que se denuncie sin tapujos las tropelías de guerra imperialista que allí se están llevando a cabo, y se contribuya de todas las formas posibles para que las masas sirias pueden pronto retomar su papel protagónico en la lucha por su emancipación de toda forma de explotación y opresión. La población siria necesita con urgencia organizarse con independencia, destacar dentro de lo más honrado de las masas revolucionarias las fuerzas capaces de organizar una verdadera vanguardia revolucionaria en ese país que derrote la actual guerra reaccionaria con auténtica guerra revolucionaria, con la Guerra Popular. Sabido debe ser por todos, que sin Partido Comunista Revolucionario en Siria, no hay opción de llevar a buen puerto la actual guerra sin fin que se extiende por ese país.

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