En la pasada Conferencia Nacional Sobre el Trabajo de Agitación y Propaganda tuvieron participación los jóvenes, que con gran entusiasmo clausuraron el evento con unas emotivas y sinceras palabras. Tres de ellos, dos mujeres combativas y un compañero le manifestaron a la reunión, tanto su agradecimiento por haberlos tenido en cuenta para que expresaran sus ideas frente al trabajo político revolucionario en internet, como el firme compromiso de continuar con el legado de lucha de los cuadros más experimentados, que en Colombia hoy exige avanzar en la construcción del Partido político del proletariado.
Reconocieron que a pesar de “ser del siglo de la tecnología” no saben mucho del tema, por lo que consideran que es una tarea importante “educarnos conscientemente” en ese aspecto, porque, en sus palabras, “la tecnología nos atropella”. Resaltaron el gran valor que tiene el uso correcto de las herramientas audiovisuales para que el mensaje le llegue a más personas de las masas, valoraron la importancia que se le está dando a los medios digitales e hicieron notar que hay mucha gente dispuesta a organizarse en ese aspecto.
Resaltaron el papel del arte revolucionario como medio para transmitir las ideas del socialismo y de la necesidad de preparar la Huelga Política de Masas a los obreros y campesinos, lo que se concretó en la batucada del Primero de Mayo, para la cual se apoyaron con otros jóvenes que entonaron con energía y de diferentes formas las consignas en el Bloque Internacionalista y Revolucionario en Bogotá.
Exaltamos esta actitud de la joven guardia: de valorar los pasos que está dando la Unión en este terreno; de reconocer con humildad las debilidades que tenemos en cuanto a lo digital; de compromiso con la formación para generar contenido cada vez de mejor calidad; de no quedarse en los saludos sino demostrar su compromiso en las calles. El reto para los revolucionarios es grande: o se ganan para las filas de la revolución social a millones de jóvenes rebeldes que están llenos de ideas que empujan a la sociedad hacia el progreso; o se los dejan en bandeja de plata a la podrida sociedad burguesa que les ofrece superexplotación y degradación física y moral o, porque no, que la socialdemocracia los adormezca y los convierta en inofensivos reformadores, defensores del orden social existente.
