¡Si tocan a uno, nos tocan a todos! es la consigna que los recicladores populares hicieron realidad con su lucha directa y organizada. Desde 2008 en el Primer Congreso Mundial de Recicladores, el 1° de marzo se convirtió en el Día Internacional del Reciclador, como respuesta al vil asesinato de un grupo de recicladores en la Universidad Libre de Barranquilla, para ser utilizados como objetos de estudio y tráfico de órganos; desde ese momento tocaron a uno y el gremio respondió como se debe, declarando un día para honrar la memoria de sus compañeros.
Y con la misma entereza y tenacidad, los hermanos recicladores se han ganado un lugar importante en la sociedad. Después de ser considerados los indigentes e indeseables para muchos, los compañeros a pulso se ganaron las rutas populares de reciclaje; a pulso consiguen el sustento diario para sus familias hurgando en la basura; a pulso, se han dado su lugar como trabajadores del reciclaje, logrando sentencias y autos de la Corte Suprema donde se reconoce su labor, el mínimo vital, la permanencia y remuneración a la actividad de los recicladores de oficio; a pulso, contra las grandes empresas que sacan tajada de la basura, contra los hijos de Uribe que con unas “bodeguitas de reciclaje” se han llenado los bolsillos y contra las instituciones del Estado, que aún siguen persiguiendo su trabajo.
Ese es el escenario para la conmemoración de este 1° de marzo, donde luego de un año especialmente difícil para este gremio y para todo el pueblo colombiano, el Estado capitalista a través de sus instituciones como la Superservicios, viene aplazando injustificadamente el pago de las toneladas reportadas por las organizaciones legítimas de recicladores, atentando así contra las victorias ganadas en las calles por los recicladores populares.
De ahí que el 1° de marzo, la memoria de los recicladores asesinados en 1992 será honrada con lucha directa, organizada y en las calles, porque la subsistencia del gremio reciclador y sus familias, así como la de cualquier obrero, depende de su capacidad de combate y en eso los compañeros son un gran ejemplo.
La lucha de los hermanos recicladores es parte de la lucha de la clase obrera por mejorar sus condiciones de trabajo y de vida, que solo podrá garantizarse con la unidad del pueblo colombiano en el Paro General Indefinido. En ese sentido su participación, activa y dirigente en la preparación del Paro es sustancial, por su trayectoria de lucha, por su perrenque para enfrentar fieras hienas como los Uribe, cualidades que contribuyen para que el conjunto de las masas populares, bajo una dirección revolucionaria, materialice un verdadero paro de carácter indefinido, pues es la única forma en que los ricos entiendan y den marcha atrás.
Pero lo más importante es su contribución a la destrucción de este pútrido sistema, responsable de llevar a una parte del pueblo a vivir del reciclaje, un sistema inservible en donde la verdadera basura son los explotadores a los que hay que enterrar definitivamente.
