¡Ni el Estado, ni los Politiqueros, Solo el Pueblo Salva al Pueblo!

Yo voto po rle paro, ni el Estado ni los politiqueros solo el pueblo salva al pueblo

La realidad política, económica y social de Colombia, sigue dejando claro que la crisis mundial capitalista es un capítulo que muy caro le costará al proletariado. Así lo demuestra el “paquetazo” de Duque, como popularmente empiezan las masas a nombrar las medidas antiobreras y antipopulares, orientadas por la OCDE y materializadas en la Agenda Empresarial 2018-2022 y el Plan Nacional de Desarrollo.

Así las cosas, Sarmiento Angulo y los representantes de Fenalco, Anif y Asofondos, en contubernio con el odiado gobierno uribista de Duque, cocinan una terrible reforma laboral que atenta directamente contra el salario de los trabajadores y que entre otras incluye: el 75% de salario para los menores de 25 años; salario por horas, que significa el no pago de sábados, domingos y festivos; contratación por horas; salario diferencial, donde el salario mínimo se reducirá al 75% en las regiones con “baja productividad y competitividad” dentro de las cuales se incluye a Chocó, La Guajira, Sucre, Cauca, Amazonas, Guainía, Putumayo, Vaupés y Vichada, algunos de ellos como Chocó y La Guajira, con altos índices de pobreza y de muerte infantil por física hambre.

Y es que las reformas que se preparan en contra del pueblo vienen a arrasar como un huracán con los pocos derechos que aún tienen los trabajadores, es así que se considera también eliminar el pago de los intereses de cesantías ya de por sí reducidos en reformas anteriores; aumento en la edad pensión a 65 años para hombres y 62 para mujeres que se jubilen entre 2024 y 2029, de ahí en adelante, quienes logren pensionarse lo harán a los 67 y 65 años respectivamente. Pero los capitalistas no se conforman con ello, también proponen el aumento de las semanas de cotización para pensión a 1600 entre 2024 y 2029; el aumento de aportes a seguridad social del 8% al 12% y a partir de 2030 dicho aporte aumentará al 16%. Consideran también la eliminación del aporte del 4% de la nómina a cajas de compensación; la revisión de incapacidades por enfermedad; la reducción al 85% del pago de incapacidades laborales y etc., etc.

Es decir un “paquetazo” que de un solo golpe ataca el salario, las prestaciones de ley como las conocen normalmente los trabajadores, es decir cesantías y pensión; el derecho a la recreación; el derecho a la salud; el derecho a mejores condiciones laborales, en general medidas que condenan a los explotados y desposeídos al hambre y la miseria.

A ello se suma la agudización del terrorismo de Estado, que se evidencia en el asesinato sostenido de dirigentes del pueblo, el aumento en la represión y criminalización de la protesta y, la intención de regular el descontento de las masas, judicializando todo lo que les huela a rebeldía. Eso sin contar la guerra contra el pueblo intensificada tras el “acuerdo de paz” y la incursión de los carteles de la droga mexicanos, principalmente al cartel de Sinaloa.

Esta situación, es un infierno para las masas en Colombia, que se ven obligadas a luchar, expresando su repudio al Estado de los capitalistas en cabeza del títere Duque; manifestando su rechazo a la corrupción, a los politiqueros e incluso, a aquellos que se jactan hablando de lucha y terminan apaciguándola en la práctica.

Mientras los trabajadores en campos y ciudades padecen el yugo de la superexplotación, los jefes de las centrales sindicales y los politiqueros de todos los partidos, incluyendo los de la oposición, los llaman a depositar su confianza en las urnas. Mientras las clases dominantes, dueñas del país, socias y lacayas del imperialismo, preparan su arremetida contra el pueblo, la dirigencia de las centrales y los electoreros concentran sus recursos y fuerzas en “ganarle las alcaldías y gobernaciones a la derecha” porque según ellos “hay que combinar todas las formas de lucha”.

No obstante la experiencia ha demostrado que las elecciones no solucionan en nada la situación de los desposeídos; las masas saben de sobra que ningún politiquero ha hecho algo por los trabajadores, al contrario, aquellos en otrora dirigentes sindicales como Lucho o Angelino Garzón, fueron azote para el pueblo, demostrando que están del lado de burgueses, terratenientes e imperialistas. De ahí que las masas de todos los sectores siguen en las calles; sin importar la represión, las promesas electoreras, ni los intentos por detener su furia, imponen el camino de la lucha, de la huelga, del paro.

Se agudiza la lucha de clases en la sociedad colombiana que tiende a un gran estallido social; tendencia que se demuestra a diario en las calles, veredas, principales vías y en cada rincón del país y que se concreta en el Paro Nacional Indefinido.

Hoy ad portas de una nueva farsa electoral, los jefes de los partidos reformistas de la pequeña burguesía y el oportunismo concentrados en la oposición y las direcciones de las centrales sindicales llaman a la “unidad de la izquierda” pero para apoyar a sus candidatos y a “combinar todas las formas de lucha” para enfrentar al gobierno uribista de Duque concentrando todos los esfuerzos en la farsa electoral, pues poco les interesa las formas de lucha que el pueblo impone en las calles.

La convocatoria al Paro Nacional el próximo 21 de noviembre, es consecuencia de la presión de las bases y de la creciente rebeldía popular, pero existe desconfianza en que nuevamente las direcciones de las centrales sindicales terminen convirtiendo el paro en otra de las consabidas “jornadas de protesta”. El proletariado consciente llama a los revolucionarios, a los comunistas, a los luchadores y dirigentes consecuentes a concentrar esfuerzos para preparar de verdad el paro, que se concreta en:

  • Concretar los com- ités de paro, o de huelga, o de lucha, ya sea en la fábrica, en el colegio, en la oficina, en el centro de atención de salud… en donde sea posible, las condiciones de las masas son propicias para promover este tipo de organización en todos los sectores, pues los explotadores están arremetiendo contra el pueblo en general.
  • Organizar los Encuentros o Asambleas populares en barrios, veredas, localidades, ciudades, municipios o regiones donde sea posible; los luchadores consecuentes deben identificar a los dirigentes en estos puntos y concretar con ellos la movilización de las masas para estos eventos, donde se deben concretar las tareas y definir reivindicaciones de las masas.
  • Apoyar todo intento de paro, empezando por el convocado para el 21 de noviembre ya sean bloqueos en patios y portales de transporte masivo, en vías principales de su ciudad o región, así sean paros escalonados o de pocas horas, aprovechando para concientizar a los trabajadores que estén alrededor y a los usuarios, pues aunque la dirigencia de las centrales llamó a parar, en concreto, no están haciendo nada para concretar ese llamado.
  • Promover la propuesta del Paro Nacional Indefinido por todos los medios, explicando en concreto qué es un paro, aprendiendo del pueblo de Ecuador, donde todos los sectores se unan, acuerden sus reivindicaciones comunes y las conquisten con la lucha organizada y directa en las calles.
  • Participar como luchadores consecuentes en las actividades de movilización de las masas, promoviendo siempre el Paro Nacional Indefinido y denunciando a quienes hablan de paro y en la práctica hacen lo posible para desmovilizarlo.

Las clases dominantes han atizado su arremetida contra el pueblo, es hora de responder organizadamente y echar atrás con la fuerza del Paro Nacional Indefinido sus pretensiones, a la vez que se conquistan mejores condiciones para las luchas decisivas; esta es la táctica correcta, que acerca el objetivo de preparar a las masas para sustituir la mutilada democracia de los explotadores por la democracia directa de los obreros y campesinos armados; este es el camino correcto para acercar el día del triunfo de la revolución que destruya el viejo Estado y acabe todo el poder del capital.

¡No Votar, Unir y generalizar la lucha obrera, campesina y popular!

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