LA SUPEREXPLOTACIÓN CAPITALISTA ACCIDENTA Y MATA

LA SUPEREXPLOTACIÓN CAPITALISTA ACCIDENTA Y MATA 1

Jesús Marino Caicedo es un proletario de 54 años, que el pasado 20 de diciembre fue aprisionado por un alud de tierra mientras realizaba excavaciones como contratista al servicio de la Empresa de Acueducto de Bogotá. El deslizamiento rompió un tubo de agua e inundó el sitio del derrumbe, ocasionando la muerte de su compañero Álvaro Elías Grueso.

Todo ocurrió en el barrio San Francisco de la localidad de Ciudad Bolívar, en el sur de Bogotá, en desarrollo de la construcción del interceptor de la quebrada Limas, ejecutada por el Consorcio Proyectos Civiles 2015, con interventoría de la Unión Temporal Quebrada Limas.

No conocemos la historia de Álvaro Elías Grueso y qué pasó con su familia después de esta tragedia. Sin embargo, Marino después de trascurrido un mes de los hechos, ha sido sometido a 4 cirugías, estuvo durante 18 días en cuidados intensivos, todavía no recupera la movilidad de sus piernas y corre el riesgo de no volver a caminar pues tiene lesionada la columna vertebral.

Este accidente fatal no es el primero que involucra a los obreros contratistas de la Empresa de Acueducto de Bogotá. Ya otros trabajadores han perdido la vida atrapados por derrumbes o excavaciones subterráneas y, como en este caso, la causa es la inexistencia de medidas de seguridad para proteger a los operarios ante un deslizamiento, pues para los capitalistas explotadores la vida del obrero vale poco. Y aunque la Empresa de Acueducto dice que realiza investigaciones, ya se sabe que, como antes, no pasará nada; «las obras tiene que continuar», esperando nuevas víctimas entre los proletarios.

El principal responsable de que todo quede como un hecho aislado o un accidente menor y se mantenga en la impunidad es el Estado capitalista, que lleva al proletariado a unas condiciones de vida de miseria, ante la cual las masas se ven obligadas a aceptar trabajos poniendo incluso en riesgo su vida. También es responsable la Empresa de Acueducto de Bogotá, pues para mantener su alta ganancia utiliza el sistema de contratistas, empresas temporales o tercerización laboral, responsables directos que sobreexplotan a los trabajadores y propician estos accidentes fatales.

Lo ocurrido es una demostración dolorosa que pone de manifiesto el carácter antagónico de la contradicción entre los capitalistas y los obreros. Una prueba más que alimenta la indignación de los trabajadores frente a un sistema ávido de ganancia y devorador de hombres que debe ser destruido mediante la revolución.

Esperamos la recuperación del compañero Marino, quien es ejemplo de proletario consciente, consecuente con la lucha de su clase y además activista de la lucha por los derechos de las comunidades negras en Colombia, quien ahora se pregunta qué están haciendo los sindicatos de la Empresa de Acueducto para que estos hechos no vuelvan a presentarse.

Él y su familia requieren del apoyo y la solidaridad de sus hermanos de clase. Su vida digna de trabajo honrado les ha enseñado a enfrentar la adversidad y por ello solo piden visitar su pequeño restaurante de comida del Pacífico «Rincón Marino», ubicado en la carrera 7 No. 11-72 local 201, en donde su hija continúa luchando por la subsistencia.

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