Hoy hace un año ante un acostumbrado “llamado” a paro por parte del Comité Nacional de Paro, de lo más profundo del pueblo se levantó una llama gigante y ardiente, dispuesta a destruirlo todo, todo aquello que ha ocasionado tanto dolor, tanta rabia, tanto odio entre las masas.
Fue el 28 de abril del 2021 el inicio de un estallido que sacudió los cimientos de la sociedad colombiana. ¡Y vaya que las clases dominantes tuvieron miedo! no se imaginaban tanta capacidad de combatividad y heroísmo del pueblo, especialmente de la juventud obrera. No se imaginaban la gran iniciativa de las masas para dirigir los asuntos de la sociedad demostrado en los puntos de bloqueo y en las asambleas populares. Los capitalistas tuvieron miedo pues, de no ser por la falta del Partido de la clase obrera y de la traición de los falsos amigos del pueblo, este hubiese podido tumbar el régimen paramilitar y establecer un gobierno de obreros y campesinos.
Hoy todos los cagatintas de la burguesía dirán que fue un error y que todos perdimos con el paro. Sí, es el miedo y el odio de los parásitos el que habla, no quieren que se vuelva a repetir tan grande hazaña, porque los bloqueos afectaron sus ganancias, algo que no piensan volver a permitir, y para ello han dispuesto todo el peso de la bota militar y la ley burguesa, independiente de quien quede administrando sus negocios desde el gobierno por los próximos cuatro años.
También tuvieron miedo los que se autonombran “amigos del pueblo”. Creyeron que la flama de la lucha les entorpecería sus planes de “ser gobierno” y como bomberos de la lucha de clases, llamaron a apaciguar las llamas, a desbloquear las vías, a desmontar las barricadas… y los jefes vendeobreros de las centrales sindicales y del Comité de NO Paro se unieron al régimen condenando los bloqueos y las acciones más decididas de las masas, tildándolas de vandálicas, dándole así la espalda a la rebelión popular y, en los hechos, entregando a los luchadores en bandeja de plata a la criminal reacción del Estado y al terrorismo del régimen. Por eso hoy, incluso adueñándose de la protesta popular, niegan las movilizaciones programadas para la conmemoración del 28A, argumentan que así corren riesgo las elecciones y que salir a las calles es seguirle el juego al uribismo, como lo hiciera Gustavo Bolivar hace unos días y como lo hicieron recientemente los lame suelas Wilson Arias y Francisco Maltés. Algunos otros escribirán y hablarán que sí es necesario movilizarse, pero pacíficamente, ahí sí, condenando a los luchadores y sirviendo de propagadores del miedo, de cómplices de la represión del Estado.
Rechazamos estás declaraciones por parte de los congresistas “alternativos”, la burocracia sindical y del Comité de (No) Paro que desmoviliza a la clase obrera y al pueblo, y de paso criminaliza la protesta social, uniéndose a los descalificativos que hace la burguesía.#28Abril pic.twitter.com/wScIUslW8L— ☭Revolución Obrera (@mlm_red) April 28, 2022
Pero para el proletariado consciente, para los verdaderos revolucionarios, para los comunistas el estallido fue un hermoso y reconfortante toque de clarín: ¡el capitalismo imperialista agoniza y la principal fuerza social se puso de pie! Por eso no nos arrepentimos de haber alentado a las masas a avanzar en su lucha. No nos arrepentimos de haber destacado a esos valientes luchadores que estuvieron en la primera línea de combate y fueron tildados por los enemigos de vándalos. Sí, también nos duelen los caídos, los mutilados y los presos por luchar, pero ellos son un motivo más para continuar en la lucha, para aprender y preparar la fuerzas para los nuevos levantamientos y para avanzar a la destrucción de este podrido Estado burgués.
Por eso hoy no solo llamamos a conmemorar este 28 de abril reivindicando a los luchadores y exigiendo al criminal Estado la liberación de los prisioneros por luchar y el esclarecimiento y condena de los responsables de las torturas, violaciones asesinatos, sino además llamamos a convertir esta conmemoración en la preparación de un próximo levantamiento popular, mejor organizado y más consciente, más fuerte, más contundente, más ardiente del que presenciamos hace un año.
Con manifestaciones y bloqueos combinados con el paro de la producción en las fábricas para que les duela mucho más a los capitalistas que hace un año; con grupos de choque mejor organizados y armados para vencer al Esmad y la fuerza disponible de la policía; con las milicias populares para proteger a los dirigentes y las comunidades de los ataques de militares y paramilitares; con las Asambleas Populares que ya no pueden ser incipientes sino que deben consolidarse como verdaderos órganos de poder; con la conciencia y la organización mayor de la rebelión que se proponga tumbar a la mafia y sus secuaces que seguirán en el poder, así quede Petro de presidente; para instaurar un nuevo gobierno de los obreros y campesinos que sí pueda, con el poder de las fuerzas populares, resolver la angustiosa situación del pueblo, cuyas reivindicaciones no serán satisfechas mientras el poder real, el poder económico y militar siga en manos de los Sarmiento, los Gilinski, los Char, los Santo Domingo, el GEA… y los imperialistas.
