DEFENDER POR MEDIO DE LA LUCHA DIRECTA, LA ESTABILIDAD LABORAL REFORZADA

El gobierno santista es enemigo acérrimo de la clase obrera. Es fiel representante de los intereses de las clases enemigas y ajenas al proletariado: burgueses y terratenientes. Es socio de los imperialistas asesinos que promueven guerras de ocupación y políticas antiobreras que arruinan cada vez más a los que todo lo producen. Por lo tanto es deber de todos los trabajadores estar alertas ante las sucias políticas que emprenden banqueros, industriales y terratenientes contra los obreros y campesinos, y que plasma en leyes y decretos el gobierno de turno.

Hoy esta arremetida contra los derechos de la clase obrera, se materializa entre otras cosas, en el brutal ataque al que está siendo sometida la Estabilidad Laboral Reforzada, por medio de la cual se le pone trabas jurídicas a los capitalistas para echar a la calle a los obreros que resulten enfermos como producto de la intensa superexplotación económica a la cual son sometidos en las fábricas, campos y talleres de distintas ramas de la producción. La importancia de este derecho radica en que es un arma legal en manos de los obreros para defender la estabilidad laboral si resultan enfermos gracias al acelerado, anárquico e inseguro ritmo de la producción capitalista, donde los patronos, con anuencia de su podrido Estado, muelen músculos, huesos y nervios de millones de proletarios que no resisten unas jornadas laborales cada vez más intensas y extensas, y de las que los únicos beneficiados son un puñado de parásitos ricachones que acrecientan a costa de la degradación física y moral de los obreros, sus ya multimillonarias ganancias.

La paz de Santos, son plenas garantías para que los capitalistas puedan intensificar la explotación de mano de obra barata por miles, y eso las masas luchadoras no lo pueden permitir. El gobierno intenta aplacar el fuego de la lucha directa del pueblo por medio de los apagafuegos que tiene en su gabinete, más exactamente por medio del exsindicalista Luis Eduardo Garzón quien hace las veces de bombero, cuando las acciones directas de las masas prenden en los diferentes conflictos obreros o sociales. Ni la paz Santista, ni los otrora “revolucionarios” de palabra deben desviar del camino de la lucha a los proletarios, quienes van entendiedo que ambas son políticas de Estado, que favorecen los intereses de los capitalistas.

Por eso llamamos a las bases y a los dirigentes honestos y luchadores del movimiento sindical, como parte del movimiento obrero a que movilice a los obreros y a sus familias para la lucha directa contra el Estado y los parásitos burgueses y terratenientes si quiere detener los planes del gobierno santista de la guerra contra el pueblo. El movimiento por la Reestructuración del Movimiento Sindical propone a los dirigentes honestos que organicen con independencia política e ideológica del Estado y los politiqueros, a todos los obreros -sin distingo del tipo de contrato, antigüedad, procedencia, etc.- en Federaciones Regionales cuya política de dirección sea revolucionaria, y no de conciliación y concertación con las clases enemigas, como sucede hoy con las Centrales Obreras Cut, Ctc y Cgt, que actúan como agentes de la burguesía dentro del movimiento obrero, y no como verdaderas centrales que organicen y movilicen a sus afiliados para la lucha.

Llamamos a generalizar las manifestaciones de rechazo hacia esta medida antiobrera que ya han empezado a realizarse en diferentes conflictos, convirtiéndolo en un gran movimiento por la defensa de la Estabilidad Laboral Reforzada. Es necesario denunciar cada canallada de las EPS, IPS, ARL y demás organismos de bolsillo del Estado y los capitalistas, todas enemigas de los trabajadores, por medio de mítines frente a sus oficinas y realizando una intensa actividad en redes sociales. Defender este derecho en las calles, enfrentando las fuerzas reaccionarias del Estado asesino, paralizando la producción en importantes centros económicos, organizando Comités de Lucha alrededor de la Plataforma de lucha del pueblo colombiano, coordinando acciones de protesta contra el Estado y los capitalistas, en fin, generalizando la confrontación entre el proletariado y sus centenarios enemigos.

La intención de las clases dominantes y de su putrefacto Estado es debilitar las fuerzas del proletariado, pues lo que más temen es una revolución violenta de los explotados y oprimidos contra todo el orden que han impuesto los capitalistas a sangre y fuego. Burgueses y terratenientes necesitan una clase obrera enferma, débil, hambrienta que no sea capaz de dar la lucha por su emancipación de las cadenas del capital. La construcción del Estado de obreros y campesinos, del Socialismo, se hace necesaria más que nunca y para ello el proletariado debe defender a capa y espada los derechos adquiridos en años de lucha, para no dejarse degradar física y espiritualmente y poder combatir enérgicamente a sus enemigos; solo así podrá destruir el Estado burgués y construir una nueva sociedad socialista que garantice el derecho al trabajo de forma productiva, segura y saludable.

Tomado de: Revolucion obrera No. 438
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