El régimen está ejecutando los planes impuestos por los capitalistas nacionales y el imperialismo desde la Agenda Empresarial acordada por el Consejo Gremial Nacional en el 2017, apoyándose en el confinamiento obligatorio para impedir que el pueblo resistiera, como ya lo había hecho el 21 y 22 de noviembre del 2019.
Pero además, ayudado por los autonombrados dirigentes del Comité Nacional de Paro, que en enero torpedearon el camino para establecer una verdadera dirección revolucionaria, planteando en medio del calor de la lucha de masas en las calles entablar conversaciones con el títere Duque y quedándose en llamados timoratos de manifestación —principalmente virtual— cuando comenzó la pandemia. Ahora, frente al tremendo ataque asestado al pueblo durante este tiempo, convocan a una “Caravana por la Dignidad”, cuando lo mínimo que esperaban los trabajadores que todavía creen que tales dirigentes los representan, era una movilización nacional y una asamblea general para convocar nuevamente un Paro Nacional.
Y no pueden escudarse en no hacer masivas movilizaciones, en que no se puede ser irresponsable con la vida de las personas, pues la realidad es que fue este régimen criminal el que mandó al pueblo desde hace ya varios meses, a las calles a contagiarse y al “sálvese quien pueda”. Es más irresponsable, frente a los despidos masivos, la violación de las convenciones colectivas, la imposición del trabajo por horas, la imposición de los Beps, el asesinato sistemático de dirigentes sociales y jóvenes y todas las dádivas dadas a los capitalistas por el régimen, no llamar a preparar el Paro General Indefinido.
Lo que se juega en este momento es impedir una precarización aun mayor de las clases trabajadoras y no se puede esperar menos que una respuesta contundente. Las fuerzas están y dispuestas a luchar, ya se demostró el 21N, ¿por qué tanta dilación para llamar al paro?
Porque el asunto es que hay dos propuestas, dos caminos planteados que obedecen a intereses de clases distintos: una, la de las clases dominantes que se impuso en el seno del movimiento sindical y en particular en los dirigentes de las centrales sindicales y que lleva más de cuarenta años cabalgando sobre el movimiento obrero, que básicamente llama a la conciliación y concertación con los enemigos; la otra es la del proletariado representada en las organizaciones de base de las centrales, en las organizaciones que todo este tiempo han llamado a preparar una Huelga Política de Masas, hoy expresada como Paro General Indefinido, y que han llamado a enfrentar al Estado Burgués con la lucha directa y en las calles, sin ceder ni un milímetro a los explotadores.
A todos los luchadores honestos los llamamos a no continuar esperanzados en que las burocracias sindicales responderán con la lucha, es necesario unirse con todos los que estén por organizar y concretar el Paro y pronto, pues las medidas antiobreras y antipopulares no van a parar.
Por ello es necesario fortalecer el Bloque por el Paro General Indefinido, los comités de Huelga, respaldar la huelga de El Cerrejón, y apoyar los demás conflictos que se vienen dando, uniéndolos y materializando la consigna: ¡Un solo pueblo, una sola lucha! para que en poco tiempo se convoque una asamblea nacional obrero popular que fije la fecha del Paro General Indefinido.
Los trabajadores deben prepararse, no solo para enfrentar y detener el ataque de los capitalistas y el régimen, sino además para tomar la dirección de la sociedad, mediante la revolución que ponga fin a la esclavitud asalariada.
