El periodista Alberto Tejada, director del Canal 2, denunció el hostigamiento del que fue víctima nuevamente, por parte de los asesinos de la Policía Nacional. Esta vez, policías intentaron detener ilegalmente a dos escoltas de su seguridad el pasado domingo 15 de agosto. Los escoltas presentaron voluntariamente sus documentos y armamento, sin embargo, los policías insistieron en que los tenían que acompañar a una estación de policía, con la clara intención de debilitar, reseñar y hostigar su esquema de seguridad, el cual ni siquiera es suministrado por la Unidad Nacional de Protección, dejando claro que la seguridad que supuestamente brinda el Estado a personas de alto riesgo, es selectiva y se queda en apenas una formalidad.
El hostigamiento es evidente pues es común la presencia de policías uniformados y de civil, de vehículos sospechosos y motos en cercanías de la vivienda del periodista. Además, en el informe que dio la Policía Nacional sobre el hecho del pasado domingo, publicaron la dirección exacta de la vivienda del periodista, exponiendo la intimidad e información sensible de este comunicador, para que cualquier grupo o sector de clase que se sienta incómodo con los informes, crónicas y denuncias realizadas por él, pueda cometer fácilmente un atentado contra su vida. La intención es clara: intimidar a don Alberto para silenciarlo y suministrar su lugar exacto de residencia para que «fuerzas oscuras» -léase policías de civil y con sus armas personales- atenten contra el periodista.
Ese es el accionar propio del régimen de la mafia y de las clases reaccionarias, dueñas de los medios de producción y del Estado burgués-terrateniente; no se puede esperar nada diferente de la dictadura de clase de los enemigos del pueblo y es correcto persistir en la denuncia oportuna contra todas sus agresiones y amenazas, las cuales violan todas las formalidades de su ley burguesa como el supuesto derecho a la libertad de prensa, de expresión, de información y demás que se pasan por la faja cada vez que un periodista comunica la verdad de sus abusos y maquinaciones contra el pueblo.
Por eso, los llamados a «perfeccionar» la podrida democracia burguesa como fin último por medio de la vía electorera, hechos por reformistas y liberales, son propósitos engañosos para las masas populares, pues no encuentran sustento en la realidad, ya que, el Estado de los monopolios está podrido desde la médula, su estructura está diseñada para favorecer los intereses de los dueños del capital a las buenas o a las malas, son ellos los que tienen el «sartén por el mango» por lo que llamar a «votar bien», a «inscribir la cédula» y demás, son ilusiones a las cuales las masas deben renunciar conscientemente.
El camino revolucionario es el que le proponemos transitar a las masas populares, el que miles ya empiezan a elegir y por eso se lanzan a la lucha directa de masas en las calles, desde donde han aislado a los politiqueros conciliadores que una vez más pensaban traficar con los intereses del pueblo desde el CNP, nido de burócratas representantes de los partidos dizque «amigos del pueblo».
Las masas deben rodear a sus dirigentes y voceros, creando las Guardias y Milicias Populares que garanticen la seguridad de los dirigentes populares al repeler los ataques del régimen mafioso de Duque, títere de Uribe.
Se debe generalizar entre el pueblo la desconfianza en la criminal institución de la Policía Nacional, terreno en el que ya se ha avanzado por la fuerza de los acontecimientos. ¡Sólo el pueblo, salva al pueblo! El Estado y el régimen de la mafia asesinan al pueblo y el reformismo no tiene nada diferente que ofrecerles a las masas.
Solo con la unidad de diferentes capas del pueblo en las Asambleas obrero populares constituidas en un nuevo poder, sustentadas en el pueblo armado, garantizarán la libertad hoy negada por el Estado burgués y el régimen narco paramilitar. Solo con la lucha revolucionaria del pueblo, que volverá a levantarse con mayor contundencia que el 28 de abril, se podrá tumbar el régimen uribista y establecer un nuevo gobierno que garantice las reivindicaciones de las masas, imparta justicia contra los criminales y defienda a todos los que se han puesto del lado del pueblo como el periodista Alberto Tejada.
